En uno de esos twits que se deben preservar, un contacto comparte esta valiosa carta (real o apócrifa, tanto da), donde son señaladas algunas cuestiones importantes... tan importantes que muestras la utilización de textos ajenos (y sagrados) para defender las ideas propias, mientras se ignora una vastedad de otros principios señalados como anacrónicos (y por tanto, inaplicables), pero tan contundentes como los que son destacados con fervor. Esto no sólo señala el 'recorte' discrecional (es decir, sin un criterio evidente -ni sólido- acerca de qué es lo 'valido' y qué debemos descartar) de una fuente ética; sino también, una suerte de reconstrucción sobre la marcha de unos principios adecuados para vivir (y 'adecuados' a la ideología que se gestó, por supuesto, sin necesariamente tener algo que ver con ese texto que se utiliza para refrendarla). Digamos que, dados ciertos valores -que sin duda son una construcción social situada-, se echa mano a un texto propio de una sociedad en la que fue escrito -o bien para los criterios de su autor-, y que es problemático utilizar como criterio moral si no lo tomamos por entero -y sin discusión- como un códice para vivir a diario. En pocas palabras, deberíamos refrendarlo en todas -y no en algunas de- sus partes; y, si no lo hacemos así, deberíamos seleccionar algunos criterios sólidos y explícitos para hacer un recorte...
Una vez más, el viejo truco de apelar a la autoridad de un libro antiguo para interpretar sólo una parte de la sociedad actual.
Laura Schlessinger es una locutora de radio en Estados Unidos que tiene un programa en el que da consejos a los oyentes que la llaman. Ella declaró, en una ocasión, que la homosexualidad es una abominación, dado que así lo indica la Biblia en el Levítico (versículos 18:22), por lo que no puede ser consentida bajo ninguna circunstancia. A continuación, se transcribe una carta abierta enviada por un residente norteamericano (y que ha sido hecha pública en Internet):
Una vez más, el viejo truco de apelar a la autoridad de un libro antiguo para interpretar sólo una parte de la sociedad actual.
[Antes de lo que sigue, no quiero olvidarme de decir que este post está dedicado al que lo compartíó (@), al que lo recompartió () y a quien seguramente lo compartiría (). Si quieren, síganlos! (estos sí que no los van a defraudar)]
Laura Schlessinger es una locutora de radio en Estados Unidos que tiene un programa en el que da consejos a los oyentes que la llaman. Ella declaró, en una ocasión, que la homosexualidad es una abominación, dado que así lo indica la Biblia en el Levítico (versículos 18:22), por lo que no puede ser consentida bajo ninguna circunstancia. A continuación, se transcribe una carta abierta enviada por un residente norteamericano (y que ha sido hecha pública en Internet):
"Querida Dra. Laura:
Gracias por dedicar tantos esfuerzos a educar a la gente en la Ley de Dios. Yo mismo he aprendido muchísimo de su programa de radio e intento compartir mis conocimientos con todas las personas con las que me es posible. Por ejemplo, cuando alguien intenta defender el estilo de vida homosexual me limito tan sólo a recordarle que el Levítico, en sus versículos 18:22, establece claramente que la homosexualidad es una abominación. Punto final.
De todas formas, necesito algún consejo adicional de su parte respecto a algunas otras leyes bíblicas en concreto y cómo cumplirlas:
1. Me gustaría vender a mi hermana como esclava, tal y como indica el Éxodo, 21:7. En los tiempos que vivimos, ¿qué precio piensa que sería el más adecuado?
2. El Levítico, 25:44, establece que puedo poseer esclavos, tanto varones como hembras, mientras sean adquiridos en naciones vecinas. Un amigo mío asegura que esto es aplicable a los mexicanos, pero no a los
canadienses. ¿Me podría aclarar este punto? ¿Por qué no puedo poseer canadienses?
3. Sé que no estoy autorizado a tener contacto con ninguna mujer mientras esté en su período de impureza menstrual (Lev 5:19-24). El problema que se me plantea es el siguiente: ¿cómo puedo saber si lo están o no? He intentado preguntarlo, pero bastantes mujeres se sienten ofendidas.
4. Tengo un vecino que insiste en trabajar en el sábado. El Éxodo 35:2, claramente establece que ha de recibir la pena de muerte. ¿Estoy moralmente obligado a matarlo yo mismo? ¿Me podría apañar usted este tema de alguna manera?
5. En el Levítico 21:20, se establece que uno no puede acercarse al altar de Dios si tiene un defecto en la vista. He de confesar que necesito gafas para leer. ¿Mi agudeza visual tiene que ser del 100%? ¿Se puede relajar un poco esta condición?
6. La mayoría de mis amigos (varones) llevan el pelo arreglado y bien cortado, incluso en la zona de las sienes a pesar de que esto está expresamente prohibido por el Levítico, 19:27. ¿Cómo han de morir?
7. Sé gracias al Levítico, 11:6-8, que tocar la piel de un cerdo muerto me convierte en impuro. Aún así, ¿puedo continuar jugando al fútbol si me pongo guantes?
8. Mi tío tiene una granja. Incumple lo que se dice en el Levítico 19:19, ya que planta dos cultivos distintos en el mismo campo, y también lo incumple su mujer, ya que lleva prendas hechas de dos tipos de tejido diferentes (algodón y poliéster). Él, además, se pasa el día maldiciendo y blasfemando.¿ Es realmente necesario llevar a cabo el engorroso procedimiento de reunir a todos los habitantes del pueblo para lapidarlos? (Lev 24:10-16). ¿No podríamos sencillamente quemarlos vivos en una reunión familiar privada, como se hace con la gente que duerme con sus parientes políticos? (Levítico 20:14).
Sé que usted ha estudiado estos asuntos con gran profundidad, así que confío plenamente en su ayuda. Gracias de nuevo por recordarnos que la palabra de Dios es eterna e inmutable.