Shakespeer y Shakespeare.


Shakespeer
acontece en un cruce improbable de dos sentidos.

El primero, en la unión de dos palabras: shake [-up] (sacudir, agitar, remover bruscamente; debilitar, desalentar... pero también zafarse, liberarse). Y peer que, en una de sus acepciones señala a quienes son pares en un grupo (por edad, posición social y/o habilidades) y en laotra acepción describe la posesión de título nobiliario en el Reino Unido (esto incluye a quienes alcanzan honor de
Lord y por eso su lugar en la Cámara).

El segundo sentido es más intuitivo: la similitud fonética con el apellido del genial William, quien conocía varios (más) de los vericuetos del corazón humano.


En ese cruce breve, en ese chispazo más que improbable, en ese enlace natural, se despliega este blog.


Mostrando postagens com marcador budismo. Mostrar todas as postagens
Mostrando postagens com marcador budismo. Mostrar todas as postagens

02/01/2012

Sin título (XXIII)


Si hay violencia en nuestros corazones, es mejor ser violentos que ponernos el manto de la no violencia para encubrir la importencia'.






Mahatma Gandhi










23/09/2011

Detalles y Nada Más...

En una película inigualable, actual y completísima (no porque tenga muchos detalles diferentes que la hagan 'más completa' sino porque es un hecho cerrado, compacto, sólido... o sea, completo) de Billy Wilder, conocida en latinoamèrica como 'Días sin Huella' (Lost Weekend en el original) su protagonista, Don Birnam, un alchólico de 33 años, frustrado por su antaño prometedora carrera de escritor, condenada al fracaso por la falta de inspiraciòn o el alcohol (elijan ustedes la causa), le dice a al interlocutor inexistente -ése que aparece en momentos etìlicos-, que el amor es el asunto más difìcil sobre el cual escribir. Porque es simple: 'Entonces, uno tiene que capturarlo a traves de los detalles: como la luz sol de la primera mañana, golpeando el gris metálico del charco de lluvia enfrente de la casa de ella... el ring del teléfono que suena como la Pastoral de Beethoven... una carta en borrador en la libreta que ella usa en el trabajo... eso que llevas en el bolsillo porque huele a todas las lilas en Ohio...' (por supuesto, la lìnea siguiente a esta interesante idea, es un decidido: 'Sírveme, Nat!' (*)

 
Lo que sigue es otra foucaultiana. Una perla incluìda en su genealogìa del alma moderna, conocida como 'Vigilar y Castigar', donde construye desde los detalles... porque esa es la mismísima táctica de la disciplina: los detalles. Pero aquí no me sumaré a ese análisis tan bien hecho. No repararé en las consecuencias -y en las pistas que Fucault encuentra para advertir su presencia-, sino en el detalle por sí mismo. Vayamos a ellos mismos por medio de estos textos que Michel Foucault encontró, interpretó, rearmó y expuso acorde sus ideas:


"(...) Para advertir las impaciencias, recordemos al mariscal de Sajonia: 'Aunque quienes se ocupan de los detalles son considerados como personas limitadas, me parece, sin embargo, que este aspecto es esencial, porque es el fundamento, y porque es imposible levantar ningún edificio ni establecer método alguno sin contar con sus principios. No basta tener afición a la arquitectura. Hay que conocer el corte de las piedras' [1].

Y más adelante sigue recuperando Foucault: (...) ese gran himno a las "cosas pequeñas" y a su eterna importancia, cantado por Juan Bautista de La Salle, en su 'Tratado de las obligaciones de los hermanos de las Escuelas Cristianas'. La mística de lo cotidiano se une en él a la disciplina de lo minúsculo: "¡Cuan peligroso es no hacer caso de las cosas pequeñas! Una reflexión muy consoladora para un alma como la mía, poco capaz de grandes acciones, es pensar que la fidelidad a las cosas pequeñas puede elevarnos, por un progreso insensible, a la santidad más eminente; porque las cosas pequeñas disponen para las grandes... Cosas pequeñas, se dirá, ¡ay, Dios mío!, ¿qué podemos hacer que sea grande para vos, siendo como somos, criaturas débiles y mortales? Cosas pequeñas; si las grandes se presentan, ¿las practicaríamos? ¿No las creeríamos por encima de nuestras fuerzas? Cosas pequeñas; ¿y si Dios las acepta y tiene a bien recibirlas como grandes? Cosas pequeñas; ¿se ha experimentado? ¿Se juzga de acuerdo con la experiencia? Cosas pequeñas; ¿se es tan culpable, si considerándolas tales, nos negamos a ellas? Cosas pequeñas; ¡ellas son, sin embargo, las que a la larga han formado grandes santos! Sí, cosas pequeñas; pero grandes móviles, grandes sentimientos, gran fervor, gran ardor, y, por consiguiente, grandes méritos, grandes tesoros, grandes recompensas'. [2]

He ahí la cuestión: hay sólo detalles. Foucault lo sabía y lo usó para abordar la disciplina. En mi caso, me atreví a robar esas evidencias para exaltar la verdad (sólo hallable en la experiencia), para hacer un prescindible elogio de los detalles.






________________________________________________________________

(*) -Love is the hardest thing in the world to write about. It's so simple. You've got to catch it through details... like the early morning sunlight hitting the gray tin of the rainspot in front of her house. The ringing of a telephone that sounds like Beethoven's Pastoral. A letter scribbled on her office stationery... that you carry in your pocket because it smells of all the lilacs in Ohio. Pour it, Nat!
_____

[1] Maréchal de Saxe, 'Mes réveries', t. I. Avant-propos, p. 5.
[2] J.-B. de La Salle, 'Traite sur les obligations des frères des Écoles chrétiennes', edición de 1783, pp. 238-239.
[3] E. Geoffroy Saint-Hilaire atribuye esta declaración a Bonaparte, en la 'Introducción a las Notions synthétiques et historiques de philosophie naturelle'.
[4] J.B. Treilhard, 'Motifs du code d'instruction criminelle', 1808, p. 14.



13/07/2011

Tener y Querer Tener.


 Diógenes, el filósofo, estaba recostado junto a un tonel, mirando y contemplando los agasajos que el pueblo entero de Corinto hacía a Alejandro, el Magno. El sol le permitía ver ese espectáculo y además le acariciaba la cara. El digno rey se acercó y, mientras eclipsaba el sol sobre Diógenes, le dijo:

-Yo soy el rey Alejandro - presentádose.
-Y yo soy Diógenes, el perro - le respondió el filósofo.
-¿Por qué te haces llamar 'perro'? - preguntó el Magno.
-Porque acaricio a los que me dan, ladro a los que no me dan y muerdo a los malvados - dijo Diógenes, orgulloso.
- Pídeme lo que quieras y lo tendrás -  dijo Alejandro.
- Lo que quiero es que dejes de tapar mi sol - dijo Diógenes, pacífico y solícito.


Luego de ello, dicen que el macedonio le dijo a sus acompañantes: 'Por Zeus, si no fuese Alejandro, querría ser Diógenes'.











21/05/2011

¿'Buddha' o 'Buda'?

Hay cosas que parecen estar más allá de la ortografía. Y aún de los purismos. Una de esas tantas, es el criterio de Ronald Martínez-Lahoz y Alejandro Córdova*, para la palabra que nomina al ilumnado, al despierto, al Buddha. La palabra como la conocemos ('Buda'), es la versión castellanizada de la original: 'Buddha'. La verdadera diferencia reside en que, la original mantiene el significado inscripto en su raíz pali, lengua en la que se escribe 'Budha' y significa, específicamente, despertar, iluminar. A esa raíz 'budha' se le coloca el sufijo de derivación primaria ta y se obtiene Buddha.


Buddha designa, como ya se dijo, al ser totalmente despierto, totalmente iluminado; por eso no es un nombre propio -y como tal modificable-, sino que es un adjetivo usado para designar al Completamente Iluminado. En algunas lenguas, se mantiene esa transliteración del vocablo original, como por ejemplo, en inglés y alemán, o bien 'Bouddha' en francés. Para el caso de las palabras derivadas, conformadas por los sufijos -ismo, -ista, -ico, se mantiene la base derivativa, y por ello se emplea Buddhismo, Buddhista o Búddhico, en coherencia con el procedimiento empleado con la voz principal.

Es posible que el corrector de Microsoft Word o de algún otro servicio de Google -como Blogger mismo- se embandere de rojo al no reconocerla entre su vocabulario... o que alguien que lea el término, piense que viene de una pluma bastante snob, pero existe una razón muy válida para ignorar a todos ellos, y todo budista la conoce: esas opiniones son una simple ilusión. Lo ventaja para ellos es que, hacerse eco de la palabra 'Buddha' o 'Buda', también lo es.




* de entre todas las producciones hechas para el Fondo Damma Dana.