Shakespeer y Shakespeare.


Shakespeer
acontece en un cruce improbable de dos sentidos.

El primero, en la unión de dos palabras: shake [-up] (sacudir, agitar, remover bruscamente; debilitar, desalentar... pero también zafarse, liberarse). Y peer que, en una de sus acepciones señala a quienes son pares en un grupo (por edad, posición social y/o habilidades) y en laotra acepción describe la posesión de título nobiliario en el Reino Unido (esto incluye a quienes alcanzan honor de
Lord y por eso su lugar en la Cámara).

El segundo sentido es más intuitivo: la similitud fonética con el apellido del genial William, quien conocía varios (más) de los vericuetos del corazón humano.


En ese cruce breve, en ese chispazo más que improbable, en ese enlace natural, se despliega este blog.


06/02/2012

Escribir. Describir.

Supongo que la labor determinante, interminable y sutil que implica describir un personaje -alguien que es real ciento por ciento-, es un acto de creación (pero no sólo 'literaria', sino también material, concreta... es crear a alguien. Cual tarea divina). Y, como todo acto creador (una construcción, una conformación) es un modo de controlar. Se controla a la perfección lo que se crea -no en términos policíacos o represivos-, porque en realidad se está amasando con barro... el mismo control que poseen (o se arrogan) los asesinos, cuando deciden el momento (en este caso es eterno) que la vida de alguien tiene que terminar.

Por alguna razón, crear, escribir y asesinar me resultan comparables... Creo que el punto está en la eternidad: crear un personaje o asesinar a un individuo, es algo eterno. Una vez hecho, no hay quién lo deshaga, y lo que de ello se deriva se separa completamente de las manos del creador...