Shakespeer y Shakespeare.


Shakespeer
acontece en un cruce improbable de dos sentidos.

El primero, en la unión de dos palabras: shake [-up] (sacudir, agitar, remover bruscamente; debilitar, desalentar... pero también zafarse, liberarse). Y peer que, en una de sus acepciones señala a quienes son pares en un grupo (por edad, posición social y/o habilidades) y en laotra acepción describe la posesión de título nobiliario en el Reino Unido (esto incluye a quienes alcanzan honor de
Lord y por eso su lugar en la Cámara).

El segundo sentido es más intuitivo: la similitud fonética con el apellido del genial William, quien conocía varios (más) de los vericuetos del corazón humano.


En ese cruce breve, en ese chispazo más que improbable, en ese enlace natural, se despliega este blog.


23/03/2011

...y no sólo Mozart.

Es curioso, pero Mozart no es el único que produce el Efecto Mozart. Así es. El poder de la música -comprobable antes del nacimiento del gran genio, posterior a él y aún presente si no conociésemos u oyésemos nunca su trabajo- está también presente en la música popular de los años '30s, en la conocida 'Para Elisa' de Beethoven, en algunas piezas de Johan Sebastian Bach (aquellas que se diferencian de las de menor frecuencia -o de corto plazo- para el cerebro) y en la música del griego Yanni (esta última es útil, concretamente, para mejorar algunos tipos de epilepsia y las relaciones espacio-temporales en personas afectadas por el Mal de Alzheimer).


Si les interesa encontrar lo que algunos neurólogos han referido como estado de alerta relajada (y que muchos yoguis, meditadores asiduos y budistas conocen como bodhi o 'estado despierto de la mente'), un nivel de frecuencias cerebrales altamente favorable para el aprendizaje matemático, pueden probar este repertorio:



  • Adagio, 2° movimiento. Concerto en La para clarinete. Kegel 622
  • Andantino, 2° movimiento. Concerto en Do para flauta y arpa. Kegel 299
  • Adagio, 2° movimiento. Concerto #3 en Sol para violín. Kegel 216
  • Andante, 2° movimiento. Concerto #21 en Do para piano. Kegel 477
  • Sinfonías 32, 25,26,40 y 41 (en particular: Allegro vivace y andante cantabile)




Si recelan del efecto neurológico, al menos acariciarán su alma por medio de los oídos y lo que perciban, de toda esta belleza, en la piel. 






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