Armemos un mosaico. No cualquiera, sino uno de Chéjov. Tomemos de sus apuntes, estas dos, tres, cuatro, veinte, cien buenas ideas:
Los hipócritas ordinarios aparentan ser palomas; los hipócritas de la política y de la literatura, águilas. Que sus aires aquilinos no te intimiden. No son águilas, sólo ratas. O perros
***
Si la humanidad llegó a concebir la historia como una serie de batallas, es porque antes consideró que la lucha era esencial para la vida.
***
Él aprobaba que su novia fuera devota, le complacía que tuviera ideas y convicciones rigurosas. Desde que se convirtió en su mujer, en cambio, este mismo rigor lo indignó.
***
El pueblo son aquellos más brutos y más sucios que nosotros. Y nosotros, nosotros jamás somos el pueblo. La dirección general de impuestos nos divide en simples contribuyentes y en privilegiados, pero ninguna distinción es válida: pueblo somos todos. Y nuestras mejores obras son las obras del pueblo.
***
El cuñado corteja a la joven esposa: 'lo que usted necesita es un amante'.
***
Siendo la diferencia entre los climas, las mentalidades, las energías, los gustos, las edades y los puntos de vista un dato incontrastable, la igualdad de los hombres jamás será posible. La desigualdad debe considerarse, por lo tanto, como una ley inmodificable de la naturaleza. Pero nosotros somos capaces de volver inocua esta desigualdad, como lo hacemos con la lluvia o con los osos. Al respecto, la educación y la cultura harán grandes conquistas. Un científico pudo lograr, de manera excelente, que un gato, una rata, un halcón y un gorrión coman del mismo plato.
Nenhum comentário:
Postar um comentário