Degustando unos sabrosos zapatos hervidos... |
Seguramente conocen el dato porque es mencionado en el thriller Lucky Number Slevin (McGuigan, 2006). Aquí, el Señor Goodkat (interpretado por Bruce Willis), le cuenta a una de sus víctimas lo que para él es una 'buena historia': 'Charlie Chaplin participó una vez en un concurso de parecidos en Monte Carlo y obtuvo el tercer lugar. Eso es una buena historia' (Charlie Chaplin once entered a Charlie Chaplin look-alike contest in Monte Carlo and came in third; that's a story). Pero lo cierto es que esta buena historia estuvo muchas décadas en el dominio público de los mitos urbanos, aunque tal vez, un poquito modificado, ya que se lo conocía como 'Charlie Chaplin, alguna vez perdió en un concurso de parecidos a Charlie Chaplin'. El punto es que el hecho tenía más de verdad que de leyenda. Cuando sucedió, en 1915, los concursos de imitaciones eran realmente populares como forma de entretenimiento (no olvidemos que él fue una de las primeras 'súper estrellas' del cine, adorado por esa paradoja que era ese hombrecito con atuendo de clase acomodada, pero sumido en la pobreza absoluta). Para el caso de los concursos de parecidos, estamos hablando de este personaje (y no del actor, que andaría por la vida sin el bigote, el maquillaje, el sombrero bombín, los zapatos de payaso y su bastón)...
[Digresión para dato curioso: un actor aún novato, logró el primero puesto en uno de estos concursos en Cleveland. Su nombre era Bob Hope].
Volviendo al que nos ocupa aquí, existen datos que refuerzan lo curioso de la anécdota: por un lado, se dijo que había acontecido en Monte Carlo -o incluso en Suiza-, y que el resultado lo había dejado en segundo o en tercero lugar (en este caso, no habría siquiera cualificado para llegar a la final). Además, hubo versiones que decían que su hermano, Syd Chaplin, había estado entre el jurado, y de hecho había seleccionado a quien salió primero. Lo cierto es que, como dice Joyce Milton -reconocido biógrafo del actor-, el concurso aconteció en un cine de San Francisco. El ganador lucía pantalones bolsudos, un saco ajustado, zapatos grandes para su talle -y en el pie equivocado-, y un bombín. Además, tenía el característico bigote -pero falso- y llevaba su bastón (recordemos que el concurso no implicaba ser parecido fisonómicamente al real Charlie Chaplin, sino en hacer una buena imitación de su personaje). Es aquí donde el verdadero, decide hacer la humorada de anotarse de incógnito, pero sólo logra perder. Cuando la broma fue descubierta, el actor declaró a un periodista que, dado lo penoso de las imitaciones, estuvo tentado de dar clases sobre el caminar de Charlot, con el deseo de que, al menos, se lo hiciese apropiadamente.
Nenhum comentário:
Postar um comentário