Shakespeer y Shakespeare.


Shakespeer
acontece en un cruce improbable de dos sentidos.

El primero, en la unión de dos palabras: shake [-up] (sacudir, agitar, remover bruscamente; debilitar, desalentar... pero también zafarse, liberarse). Y peer que, en una de sus acepciones señala a quienes son pares en un grupo (por edad, posición social y/o habilidades) y en laotra acepción describe la posesión de título nobiliario en el Reino Unido (esto incluye a quienes alcanzan honor de
Lord y por eso su lugar en la Cámara).

El segundo sentido es más intuitivo: la similitud fonética con el apellido del genial William, quien conocía varios (más) de los vericuetos del corazón humano.


En ese cruce breve, en ese chispazo más que improbable, en ese enlace natural, se despliega este blog.


08/05/2011

Sin título (XIV)


¿Los pobres serían lo que son si nosotros fuéramos lo que debiéramos ser?


Concepción Arenal




Na Ponta dum Lápis

As imagens que amostramos aqui são do artista índio Kshitiz Srivastava. O único ruim é que seu blog não tem informação nenhuma sobre seu trabalho (talvez porque as imagens exibem mais do que as palavras poderiam descrever, né?). Vamos manter esse jeito e só deixaremos que você possa conferir à vontade a beleza que nelas encontrará:



Trabalhando...

































 






Incrível, não acha?



04/05/2011

Argentina Romántica (MGM, 1932)

Romantic Argentina, 1932, MGM.
Durante más de dos décadas, la MGM produjo y distribuyó un género de films conocido como 'traveltalk', una suerte de documentales cortos (aproximadamente 10 minutos, o sea, de un rollo de película) que eran exhibidos antes de las películas o junto a los noticieros que informaban a cientos de personas antes de que la TV hiciera esa tarea. Esos traveltalks fueron realmente numerosísimos (casos como el de Seattle (1940), Exotic Mexico (1942) y el otro sobre Londres (1946 - mirala aquí), también el Romantic Rivera (1951) o bien el Beautiful Brazil (1953)). Ahora nos ocuparemos del que fue rodado en Argentina, hacia el año 1932, en Buenos Aires, 'la ciudad más poblada de Latinoamérica', según la venta de la MGM. 

Este documental tenía una presencia paradigmática: el escritor, productor, actor y narrador James A. Fitzpatrick, que, a partir de 1925 comenzó a hacer los traveltalks para audiencias británicas y americanas. La MGM distribuyó las series bajo el nombre-paragua 'Fitzpatrick Traveltalks', subtituladas como la 'La Voz del Mundo' (era tan referenciado a esta clase de trabajdos que produjo para la Paramount otras conocidas como 'Vistavision Visits' (o 'Visitas en Vistavisión' -- "vistavisión" era un lente de filmación panamórfico, usado en el auge de la pantalla ancha de los años '50s), muchas de las cuales eran en Technicolor, también distribuídas por la MGM, y se hacían a razón de ocho por año hasta 1951 (durante 1952, MGM probó con nombrar estas series como 'People on Parade' o 'El Desfile de los Pueblos', aunque en 1953 volvió al viejo traveltalks). Llegado 1954, estrenó la última edición de estas series.

Por supuesto, en algún momento se les achacó que en esas muestras de diversos lugares, solamente se enfocaban sus ventajas -en su 'buena cara' por así decirlo-, a lo que Fitzpatrick contestó: "¿Cómo me podrían haber admitido en esos países si hubiese mostrado y comentado sus problemas sociales? Además de ser muy antipático para ellos, hubiese sido contraproducente. Hice mis películas en un tiempo en que viajar era algo casi imposible para el común de la gente. Creo que le mostré a las personas qué les hubiese gustado ver si ellos hubiesen podido ir. Por muchos años, digamos que tuve una agencia de viajes, también. Y no recuerdo que nadie haya alguna vez preguntado por un tour en los barrios bajos y las cárceles" (original aquí - en inglés).


Allende todo eso, ahora podrán ver cómo la MGM quiso mostrar Buenos Aires a la vista de ingleses y norteamericanos. Pueden hacerlo en el video de más abajo o en las otras dos opciones mostradas aún más abajo.





Otras Opciones para 'Romantic Argentina':






30/04/2011

Tres Genialidades, Tres.



La distinguida obra 'La Peste' de Albert Camus tiene, entre otras más, tres genialidades inigualables. Notables. La primera, es el epígrafe del libro: 


1) 'Tan razonable como representar una prisión de cierto género por otra diferente es representar algo qué existe realmente por algo que no existe'. -Daniel Dafoe.

No debería agregar nada que no se exprese por sí mismo en él, pero la verdad es que, gran parte de la realidad queda en jaque allí... (después de todo, nuestra realidad es -en gran parte, en poca o en alguna- un lechado de símbolos que  tomamos vorazmente) ¿Qué otra cosa hacemos a diario, animales simbólicos, sino rellenarnos y producir en igual o mayor cantidad, cosas que nos remiten a otras unidas por un hilo que llamamos, tal vez por casualidad, significado? ¿Cuál de esas -o cómo saberlo- cumplen con el caso que Dafoe señala... en otras palabras, ¿cuál de ellas será 'la prisión de género diferente'? O bien, ¿cómo saberlo?



2) "(...) Después de su tentativa de suicidio Cottard no había vuelto a recibir visitas. En la calle, con los proveedores, procuraba hacerse simpático. Nadie había puesto tanta dulzura al hablar a los tenderos, tanto interés en escuchar a los vendedores de tabaco.
-Esa vendedora de tabaco -decía Grand- es una víbora. Se lo he dicho a Cottard y me ha respondido que estoy en un error, que tiene buenas cualidades que es preciso saber encontrarle" 
(...)
"Grand había incluso asistido a una escena curiosa con la vendedora de tabaco. En medio de una conversación, la vendedora había hablado de un proceso reciente que había hecho mucho ruido en Argel. Se trataba de un joven empleado que había matado a un árabe en una playa.
-Si metieran en la cárcel a toda esa chusma -había dicho la vendedora-, la gente decente respiraría.
Pero había tenido que interrumpirse en vista de la agitación súbita de Cottard que se había echado a la calle sin decir una palabra. Grand y la vendedora habían quedado boquiabiertos" (...)

(No comentaré mucho acerca de lo que rodea este pasaje, para no ser una inoportuna 'spoiler' ante quien no haya aún tomado este valioso librito) Destaquemos este guiño, esta feliz referencia del autor, a través del comentario olvidable de la vendedora de tabaco en presencia de Cottard, el representante de vinos y licores en crisis y de 'opiniones muy liberales': una reproducción casual, pero igualmente equívoca que aquéllas de mucha gente en el proceso del joven empleado que, acaso 'por el calor', había matado un árabe en la playa. Como suele pasar (y pasarnos) la tabaquera había hecho un comentario digno de la misma chusma de la que se horrorizaba. Ese juicio que se [nos] cae rápido de la boca y que leímos en 'El Extranjero', en la mano del mismo autor, acerca de la mismísima situación allí narrada.

3) "(...) Por la tarde, el doctor encontró a Cottard ante la mesa del comedor. Cuando entró vio sobre la mesa una novela policial abierta. Pero la tarde estaba cayendo y, en verdad, debía de ser difícil leer en la oscuridad creciente. Cottard probablemente había estado un rato antes sentado en la penumbra, reflexionando. Rieux le preguntó cómo iba. Cottard refunfuñó que iba bien y que iría mejor si pudiera estar seguro de que nadie se ocupara de él. Rieux le hizo comprender que nadie podía estar siempre solo.
-¡Oh! no digo eso: Me refiero a las gentes que se ocupan en traerle a uno contrariedades. 
Rieux seguía callado.
-No es ese mi caso, crea usted, pero estaba leyendo esa novela. Ahí tiene usted a un desgraciado a quien detienen, de pronto, una mañana. Estaban ocupándose de él y él no lo sabía. Estaban hablando de él en los despachos, inscribiendo su nombre en fichas. ¿Cree usted que esto es justo? ¿Cree usted que hay derecho a hacerle eso a un hombre?
-Eso depende -dijo Rieux-. En cierto sentido, evidentemente no hay derecho (...)" (*)


Ésta fue la más linda. No se si por el lugar al que nos remite o por sorprendernos ahí, en medio de algo que va por una peste, tenga esta salida, este agujero en la pared momentáneo, que nos hace recordar esa novela. Ese novelón (además, es un buen recurso narrativo: expresar el resentimiento de Cottard por medio de una situación como la de ese proceso, es realmente efectivo como imagen, como descripción de la amargura que puede sentir una víctima de él. Del proceso del pobre K. o bien nos reímos, o bien nos deprimimos con resentimiento - y seguro que lo primero sólo pasa para evitar lo segundo, para darle un descanso a esa situación desagradable). Esa situación desagradable al saber que 'ya se están ocupando de uno' es la misma que -obviamente- tiene el propio K, pero también la de la Señorita Bürstner luego de saber que unos funcionarios judiciales del montón toquetearon sus fotos y miraron donde ella duerme; y tal vez sea la mismísima desilusión de Cottard acerca de la realidad en sí, cuando opinaba que los grandes se comen a los pequeños.


Aunque lo fundamental, es que ese proceso infinito, esa paradoja de Zenón de Elea al acecho, como nos contó Borges, tenía un equivalente en la historia. Un equivalente simétrico: la peste. Esa idea que no se veía sino a través de sus signos (los ganglios hinchados, manchas en el vientre y las piernas, el olor espantoso de la supuración de los ganglios -que el bisturí liberaba de dos golpes- y los dolores, preparaban la muerte en cuestión de horas), como el proceso, del que podíamos ver su maquinaria torpe en funcionamiento, pero no una sustancia concreta como tampoco su motivo. Ese proceso que en un año se consumió a K. y su reputación, había antes carcomido la certezas ilusorias que tenía acerca de control sobre su propia vida; como lo hacía con los habitantes de Oran, y con el Doctor Rieux, quien si bien veía a diestra y siniestra los signos de la enfermedad, no podía hacer algo para frenarla o preveer su comportamiento futuro. La peste del proceso kafkiano y el proceso de la peste de Camus son parte de una incertidumbre masiva, acontecimiento con un patrón desconocido, y ambos ejecutan su pena. No existe apelación -y si la hay, no logra frenar lo que ya se ha desencadenado-, y cae, quién sabe desde dónde.


Tres perlas, tres, de acceso libre y gratuito.










(*) Nota. Cuando encontré esta posible referencia, me preocupó la posibilidad de estar acaso equivocada luego de pensar dos -y tres veces- lo que Camus nombra como novela 'policial'. La idea de alguien que padece la sensación de que 'estaban ocupándose de él' se me hacía evidente, pero el adjetivo podía estar gritando que mi apreciación era errónea (claro que la clasificación de tal o cual -típica de quienes hacen molesta crítica literaria y quienes se ocupan de esas categorías del todo prescindibles- me tuvo muy sin cuidado. El Proceso de Kafka alcanza su razón de ser al haber sido escrita, y ni siquiera estar incompleta predica algo que pueda vulnerar de algún modo su valor... mucho menos lo harían toda la riestra de clasificaciones académicas con que se nos quiera fastidiar a diario). Así, mi único temor era estar encontrando algo que deseaba fuese una referencia a El Proceso, pero que en realidad, pudiese ser un 'caza-bobo' (y uno efectivísimo conmigo). Esta curiosidad me llevó a tolerar un poco de búsqueda acerca de este adjetivo para la novela y, felizmente, encontré una. Lo cierto es que ella no me convence en absoluto. Pero, para mejorar esta cuestión, debería embarrarme en toda esa marea de labores críticos y académicos sin sentido, así que, mucho más felizmente, puedo quedarme con mi deseada referencia a un proceso en medio de una peste. O de una peste en medio de un proceso.






29/04/2011

Sin título (XIII)



No vayas a creer lo que cuentan del mundo (ni siquiera esto que te estoy contando)... ya te dije que el mundo es incontable... 


Mario Benedetti.






Membretes Famosos (no todos célebres)


El papel membretado es aquél que incluye un nombre, tal vez una dirección, tal vez un logotipo (u otro distintivo visual, como un escudo) de una compañía, una institución o una asociación. También puede aparecer impreso en un sobre. Según la legislación de cada país -como de jurisdicciones menores- o la costumbre de la compañía que lo use, el membrete incluirá otros datos específicos. Claro que se usa para el correo convencional (del que se puede tocar, rasgar, tirar o encajonar), y, como con muchas otras cosas, muchos personajes notorios tuvieron el suyo.

En el lugar donde el correo no se puede tocar, existe un modo de homenajearlo en su diseño (y no su contenido).



Abraham Lincoln, 1960.

Jean Paul Sartre desde 'Les Temps Modernes'


Adolf Hitler, 1938

Albert Einstein, 1932

Alice (Disney Productions), 1951

La Novia de Frankenstein, 1935

Bruce Lee, 1968 (con el logo del
arte marcial que inventó Jeet Kune Do)

Charles Mason, 2008
(si no me equivoco, estaba tramitanto
una apelación a su condena, o algo así)



Utilizado por el Coronel Tom Parker,
promocionando a Elvis Presley.

George B. Shaw, 1948

Harpo Marx, 1930s

Fraternidad Internacional de Magos, 1930.

JFK, 1960.

Marlene Dietrich, s/d.


Monty Python Productions, 1980.


Benito Mussolini para el periódico que fundó
como Il Popolo d'Italia (1915). 

Ray Bradbury, s/d

Rolling Stones Records, 1982 

Thomas Alva Edison (laboratorio), 1923

Andy Warhol, s/d
Sir Winston Churchill, 1940

Harry Houdini, 1913

MoUvEmEnT DADA, 1920

The Doors, 1970
Iglesia Cienciológica, 1976



Si esto no alcanza, in situ podrán encontrar muchos más de la corporación Star Wars, varios más de Marvel Productions, muchos más de Disney Productions, varios de shows de TV (como el de Johnny Carson, entre otros), o alguno más de Ray Bradbury...






28/04/2011

Titia em Apuros

Tenho lido poucas coisas mais engraçadas do que a que segue aqui. Desconheco completamente o autor. Sei lá de quem ou cadê veio, mas felizmente veio. Nao percam o que acontece com esta velhinha... acredito que alguma vez a gente teve ou terá algum desses momentos e a coitadinha desta estória não ficara tão sozinha na sua desgraça...





'Minha tia Valda, uma robusta senhora de 68 años, gostou de uma camisa pólo que viu na vitrine de uma loja de artigos masculinos. Entrou e pediu para experimentar.
-Infelizmente não temos o seu tamanho nessa cor –respondeu o vendedor, solíto.
Não sei se é uma maldição que persegue nossa familia, mas nunca conseguimos os artigos que nos atraem nas vitrines. Não tem a cor ou não tem o modelo ou não tem o tamanho. Uma ocasião, apaixonei-me por um sapato que vi numa vitrine em Cpacaban. O vendedor fez-me sentar e apareceu com outro modelo (achando que ia me levar na conversa).
-Quero aquele da vitrine!
-Infelizmente –disse ele-, aquele nós só temos um pé!
É ou não é uma maldição? Acontece de tudo para frustrar os desejos de consumo da nossa familia. É inacreditável, um sapato na vitrine sem seu par.Levantei-me e reagi, carregando de indignação:
-O que houve com o outri pé? Venderam para o Saci?
Tia Valda mal iniciou a ação de bater em retirada, e o vendedor logo despejou um monte de camisas á sua frente.
Temos essa verde... essa lilás... essa que chegou agora, cor telha, é a última novidade- foi dizendo o vendedor, abrindo as camisas diante de titia. – A senhora deve ficar muito bem de lilás. Tia Valda preferiu a preta. Pegou a camisa e viu a letra P na etiqueta. Perguntou se não tinha M. Não tinha, mas para não perder a comissão, o vnededor preferiu dizer que P era tamnho da titia. Qualquer vesgo verificaria que tia Valda, com seu corpo de halterofilista búlgara, não caberia dentro daquela camisa. O vendedor, porém, veio com a conversa de que o fabricante fazia números maiores e coisa e tal. Titia acreditou e se enfiou no cubiculo de experimentar roupas, que só não se confunde com uma solitária porque há uma cortina no lugar das grades. Vestiu a camisa, constatou que o P significava P mesmo; e, no momento de retirá-la, ela ficou presa no meio do caminho, cobrindo a cabeça de tita. Tia Valda ainda insistiu debatendo-se entre as paredes do cobículo, mas a camisa encalhara como um navio num banco do cubículo, mas a camisa encalhara como um navio num banco de areia. Braços erguidos, rosto coberto, tita começou a sentir calor, falta de ar e foi entrando em pánico. Para não sair da cabine ás cegas feito um boi.bumbá, resolveu gritar. Mas gritar o qué? Nunca tinha estado numa situacão dessas. O que gritar quando se luta desesperadamente com uma camisa? Sem se lembrar de nada em especial, encheu os pulmões e berrou:
-Socorro! Socorro!
Era de ver: a loja inteira se despençou na direção da cabine, vendedores, fregueses, até a moça do caixa foi atrás. Não se podia pensar num assalto: não cabem duas pessoas nessas cabines. Talvez uma barata. O vendedor que a atendia puxou a cortina e surgiu ta Valda, braços levantados, cabeça coberta, rodopiando feito uma vaca brava.
- Momentinho – pediu o vendedor-, fique calma que nós vamos ajudá-la.
Ele tentou puxar a camisa, mas a essa altura tua Valda tinha o corpo empapado de suor e a camisa resistia mais do que um burro empacado.
- Eu puxo aqui e você puxa dai – disse para o gerente. Os dois se esforçavam, mas a cada puxão a velha ia junto com a camisa.
-Alguém ai, por favor, segure a madame –pediu o vendedor, recobrendo de pronto a colaboraçao de vários voluntários. Tia Valda bufava no meio daquele sufoco e estava vendo a hora que iriam lhe arrebentar o sutiã. Na sua idade já não se sentia á vontade para fazer um topless numa lojade artigos masculinos.
-Por que não cortam essa camisa?- perguntou alguém do grupo de voluntários que seguia cambaleando pela loja, empencado em Tia Valda.
-Não precisa cortar, nós vamos dar um jeitinho – disse o vendedor, que já suava mais que titia e não queria pagar a camisa.
A essa altura, já havia uma multidão á porta da loja assitindo á cena. Muita gente não entendia o que se passava, ao ver um grupo de homens agarrados a uma senhora de braços erguidos, entalada por uma camisa. Uma velinha, na porta, imaginou, com toda razão, que o grupo estava querendo despir tia Valda para violentá-la na loja, e resmungou:
-Esses vendedores são uns tarados!
A confusão aumentava. Tia Valda, camisa grudada no corpo, pedia que chamassen o Corpo de Bombeiros. Alguém sugeriu que sentassem titia.
-Amarrem essa velha numa cadeira!
Depois de muito esforço, a camisa acabou sendo rasgada, para alivio de tia Valda, que arfava como se tivesse passando todo esse tempo debaixo d´água. Ela agradeceu os aplausos e voltou á cabine para se recompor. No momento em que abotoava a blusa, viu um braço varando a cortina do cubículo. Era o vendedor, entregando-lhe uma camisa dizendo:
-A senhora não gostaria de experimentar este outro modelo?'





22/04/2011

Las Cosas por su Nombre.


En una película más que recomendable que Alfred Hitchcock rodó en 1959, Roger O. Thornhill -un apuesto publicista neoyorkino- le dice a su secretaria que en su gremio, no hay tal cosa como la mentira. Sólo existe la exageración conveniente ('in the world of advertising, there's no such thing as a lie. There's only expedient exaggeration'). Tal vez ese mecanismo queda desactivado por un momento con el trabajo del joven diseñador freelance Víctor Hertz. 


De Hertz conocía sólo sus pósters pictográficos (un inmejorable material). Pero aquí también lleva su mensaje a la altura de su creatividad (a la que su melómanía y pasión por el cine y la fotografía, han estimulado sin pausa, evidentemente). El concepto que exprime es interesante por demás, bajo el título de honest logos o 'logotipos honestos'. Lo que se propone es mostrar es lo que Roger O. Thornhill quería mantener como siempre estuvo en manos de los publicistas: lo que en realidad venden las marcas que compramos -- o bien, al menos, las consecuencias que acarreamos por nuestro consumo. Y tal vez esas consecuencias, deberían ser motivo para rebautizarlas con los siguientes nombres comerciales:



Juego fonético que remite a la idea 'apariencia irreal'.

Hertz utiliza el logo de Play Station para la palabra procastination,
sin equivalente en español, pero que significa una
constante posposición de las tareas que se deberían realizar 

Televisión Subnormal.

Cáncer.

Arrastrándose por la Mañana - Jamaica Ron

Información para 'tragas'

Desperdicio de Dinero

Videos de Chicas Malas

Nada para Hacer

'Expansor' de Panza

Mc Diabetes

Calorías




Genial, no? Si quieren unas dosis más de su ideas, sírvanse por aquí.