Shakespeer y Shakespeare.


Shakespeer
acontece en un cruce improbable de dos sentidos.

El primero, en la unión de dos palabras: shake [-up] (sacudir, agitar, remover bruscamente; debilitar, desalentar... pero también zafarse, liberarse). Y peer que, en una de sus acepciones señala a quienes son pares en un grupo (por edad, posición social y/o habilidades) y en laotra acepción describe la posesión de título nobiliario en el Reino Unido (esto incluye a quienes alcanzan honor de
Lord y por eso su lugar en la Cámara).

El segundo sentido es más intuitivo: la similitud fonética con el apellido del genial William, quien conocía varios (más) de los vericuetos del corazón humano.


En ese cruce breve, en ese chispazo más que improbable, en ese enlace natural, se despliega este blog.


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17/04/2011

Propagar Nazis

Otro caso inigualable del Design Observer. Ahora se ocupan de Steven Heller, diseñador prestigioso y especialista en diseño crítico. Heller cree que el deseo ferviente de Hitler de alcanzar el dominio propagandístico entre las naciones era un resultado directo de la derrota padecida por Alemania en la Primera Guerra Mundial. La verdad es que no fue solamente esto lo que comenzó en 1919. Digamos que casi el mismo nazismo encontró mucho asidero en esa coyuntura de derrota, y de una República de Weimar que se corroería en inflación y otros pesares. Nos atrevemos, y afirmamos, con muy poca prudencia -dado que es un criterio muy común entre historiadores, pero también entre las personas más corrientes que vivieron ese proceso (no es difícil encontrar un/a inglés/a o un/a francés/a añoso/a que sepa, sin mucho análisis, que la Segunda Guerra Mundial no comenzó en el '39 sino, más bien, en 1919, con una Alemania humillada que se desquitaría con seguridad), que de tocar fondo, Alemania rebotaría hacia arriba con fuerza y con odio. No obstante lo de Heller no nos parezca en demasía preciso en ese aspecto, no dudamos que en lo que hace a la cartelería nazzi dentro de su empresa propagandística, debe estar en lo cierto. Por algo es un especialista... 

El famoso trabajo propagandístico del NSDAP
Así que, esa derrota magnánima de la primera gran conflagración mundial, y la creencia hitleriana firme en que la propaganda Aliada fue claramente superior, influyendo el magro resultado del Kaiser Guillermo II, llevo a un bombardeo profuso... pero de posters y gráficas de diferente tipo, lograron que el 'huno bárbaro' fuese difamado en los ojos del mismísimo mundo, retratando al Kaiser como un militar insensible, una bestia sedienta de sangre. Y el contraataque alemán para esto fue -en lo máximo-, muchísimo menor. Heller cita a Eugen Hadamovsky, el aprendiz de Josef Goebbels, en el libro Propaganda y Poder Nacional de 1933 (reimpreso por Arno Press en 1972): 'los alemanes fueron enviados en esta enorme batalla con no mucho más que un simple slogan'. Así que cuando los nazis tomaron el poder, Hitler encomendó un libro titulado Das Politische Plakat: Eine Psychologische Betrachtung a Erwin Schockel (editado por Franz Eher Verlag, en  1939), un tratado de corte psicológico con los logros de la propaganda inglesa, americana, francesa, rusa y alemana en posters y gráficas. Era un manual de consulta para los propagandistas alemanes. El propósito de Heller es hacerse eco del estudio de Erwin Schockel (en El Póster Político. Una Revisión Psicológica -- hasta donde sabemos, no traducido al español aún), donde se compara el decurso de los pósters a lo largo del tiempo desde tiempos pasados al momento del ascenso nazi, comparando y contrastando los estilos nacionales y vocabularios. Schockel, director de arte en el área de propaganda del partido, se aplicó con su mayor interés a estudiar los desarrollos en misivas de guerra, comunicaciones políticas internas como al rol de los posters en el cambio de opinión, y en cómo los sectores desarrollan diferentes signos y símbolos. Tomó y escribió Politische Plakat como una compilación de asuntos concernientes al Reichspropagandaleitung, sita en Münich (que era un departamento separado del más poderoso Ministerio de Propaganda con base en Berlín, dado que el primero era el área propagandística pero del partido, y concerniente sólo a sus miembros).


La famosa campaña gráfica a la que se dedica Schockel.

El mensaje del libro de Schockel es claro: la gráfica propagandística debe ser simple y recordable y comenta, en este sentido, un poster en particular del partido, de 1932, tan minimalista que podría ser fácilmente confundido con el diseño modernista, presentado una silueta movible en blanco y negro de la cara de Hitler -bueno, sólo la cabeza del Führer- en fondo negro. Con un toque algo hipnótico (una suerte de predecesor del ubicuo 'Gran Hermano'), estaba enfocado en el observador y no en lo mostrado: El concepto "hitler" estaba presentado en Sans-Serif mayúscula y blanca, con solo un tilde (un cuadradito sobre la 'i' del nombre, talvez como un guiño visual sobre su bigote recortado). La calma, la bondad y la fuerza radiaban de la cara de Hilter comunicándose de ese modo al observador, consideró el halagador profesional Schockel. Para el autor, la impresión que causa en el observador es la de un espíritu no contaminado debe ser fuerte...sumado a esto, tenemos el poster impreso en un fondo negro, un desviador de la mirada en el medio de los típicos colores chillones, pilares de la publicidad gráfica, y, luego de la Primera Gran Guerra, asegura Schockel, nada era librado al azar en la propaganda nazi.























Hongo (de los tóxicos)

Hongos de temer. 
Luego de las fotos encontradas en el baúl de madera, rodeemos lo que pasaba entonces. Así veremos qué sucedió en esos lares, donde los dos hongos tóxicos fueron plantados. 

Japón se rinde a los Aliados el 14 de agosto de 1945. El día siguiente, el Emperador Hirohito, rompiendo la tradición, usó la radio para anunciar por vez primera la derrota. Hablando con frases hechas, exhortó a sus súbditos a 'tolerar lo intolerable y soportar lo insoportable'. El enemigo había 'por primera vez, usado bombas crueles para matar y mutilar personas... y las graves bajas estaban más allá de lo mensurable'. Ese mismo día, Truman encomienda la misión de Evaluación de la Estrategia del Bombardeo Americano en el Frente Pacífico, la que debería cuantificar lo que Hirohito creía incontable. El objetivo era medir, tan precisamente como fuese posible, el efecto de las dos bombas (aunque ahora comentaremos en el Hiroshima, de donde provienen y dan cuenta las fotos). En otras palabras, debían poner dígitos al problema para que los norteamericanos tuviesen un cuadro real de referencia en el cual basar sus conclusiones sobre las 'capacidades' de la bomba, como de sus limitaciones. Así lo expresó Paul Nitze, el vicepresidente y autor de la evaluación. 

Como una parte del reporte general, se constituye un grupo especial: la División de Daños Físicos, para relevar los números necesarios. La componían miembros del Ejército, Marina y población civil -un total de aproximadamente ciento cincuenta hombres-, incluyendo ingenieros, intérpretes, fotógrafos y taquígrafos. Según la versión del Departamento de Guerra estadounidense -ahora declasificada-, este grupo tuvo la más importante y sin duda la más espectacular tarea del relevo total. Durante finales de octubre y noviembre de 1945, cada mañana, el grupo destinado a relevar los daños iban hacia Hiroshima donde habían levantado su centro de operaciones (en el segundo piso de un banco parcialmente destruido por la bomba). Se dedicarían exclusivamente a buscar los vestigios de la explosión, calibrando el daño y analizando la destrucción física de la ciudad. Por supuesto, una tarea impiadosa: entrado noviembre (recordemos: la bomba la arrojaron a principios de agosto), todavía se topaban con esqueletos que no habían sido cremados por la radiación...

Las ciudades de Japón en esos oscuros días de otoño eran una declaración de una tristeza indeciblesólo las cenizas y desolación de chimeneas sueltas sin otra estructura alrededor, dijo el conocido economista, John Kenneth Galbraith, uno de los miembros del equipo económico de la evaluación gubernamental. El equipo que se ocupaba del daño físico de la ciudad, examinó esas mismas estructuras que habían quedado en pié (las chimeneas, paredes y estructuras reforzadas de cemento que sobrevivieron) para explicar el efecto de la explosión sobre el metal y la madera a la enorme presión de la Bomba: en el derrumbe asombrosamente rápido, esa presión acható los techos y la onda expansiva retorció y sacudió esas estructuras de metal y madera enteras. Para estudiarlo y dar cuenta de ello, tomaron fotos, las que, en el año 2000, fueron encontradas en una vereda de Massachusetts.

Algunas de esas fotos fueron publicadas por el gobierno de los EUA en una edición limitada, allá por 1946. Si bien ninguna muestra sufrimiento humano -simplemente porque nuestros cuerpos se evaporan antes de que lo hagan esas estructuras-, el artículo del Design Observer señala algo muy cierto: esas fotos, están diciendo (gritando) esto es lo que nosotros, la humanidad, somos capaces de desatar unos contra los otros. Como ruinas que son, ellas nos remiten de vuelta hacia atrás en el tiempo (esto es lo que hemos hecho, esto es lo que somos capaces de hacer) mientras simultáneamente nos advierten de un futuro que no hemos aún encontrado (ellas dan la materia misma a nuestro terror acerca del uso de otras armas nucleares). Son lo que Robert Jay Lifton ha llamado el 'imaginario de la extinción', imágenes que reviven en nuestra imaginación las consecuencias de otro holocausto masivo y en ese sentido ayudando, aunque de manera muy débil, a mantenernos vivos también. 

La última idea de Lifton sabe ingenua por un lado, e incompleta por el otro, pero luego de reflexionar en este tema al hacer la traducción, no tengo ganas de seguir explayándome en razones o puntos de vista.







16/04/2011

Historias de la Historia (en Hiroshima)

En un artículo que escribió Adam Harrison Levy (un escritor y documentalista del que se dice que su trabajo para la BBC2 sobre consumismo en los '60s es realmente bueno) con motivo del 64° triste aniversario de la incineración de Hiroshima en el Design Observer, narra una experiencia tan valiosa que realmente es un desperdicio no replicarla en español, para que más personas accedan a ella. En este primero post nos dedicaremos a las historias que rodean la historia, en relación con lo de Hiroshima. En el próximo, nos referiremos a las fotos, su origen y sentido. 


Hacia el año 2000, en Watertown (Massachusetts), un hombre paseaba a su perro. En uno de los cruces de la vereda ve un montón de basura (colchones viejos, lámparas rotas...). Le llama la atención una caja o baúl, y va a ver qué es. Tenía una suerte de tira de cuero con una hebilla que lo sujetaba, así que la desató, y vió qué había dentro. Estaba llena de fotos en blanco y negro. Lo sorprendente era lo que esas fotos mostraban: edificios devastados, cimientos de hierro torcidos, puentes rotos... eran fotos de una ciudad aniquilada. Rápido se volvió a su casa con el tesoro. Ya en la mesa de la cocina, volvió a tomar las fotos y la sospecha se confirmó: eran los efectos de la primera bomba atómica. Estaba viendo Hiroshima (o lo que quedó de ella). Y eran casi setescientas y una fotos. O pruebas.


En esta caja de madera encontraron las fotos.

Concretamente, daban cuenta de que el 6 de agosto de 1945, a las 8:15 am, la Enola Gay cayó a tierra. El número exacto de muertos no se conoce, pero se estableció en ciento diez mil civiles y veinte mil uniformados, muchos de ellos instantáneamente evaporados por el calor de la estampida o bien quemados por la bola de fuego que inmediatamente arrasó la ciudad. Miles más morirían los meses siguientes, por causa de la radiación.


Treinta y uno días luego de la debacle, un grupo de científicos norteamericanos sobrevolaron el lugar para ver el desastre que habían hecho sus compatriotas: No se veía más que una enorme cicatriz plana de óxido rojizo, sin el gris del cemento o verde (porque no había techos de las construcciones o señales de vegetación alguna). Al igual que al ordenar incinerar una ciudad, la carencia total de fuentes documentales tampoco era un 'accidente': un mes después de que Japón se rindiese a los norteamericanos, el 18 de septiembre de 1945, el gobierno vencedor impuso un estricto régimen de censura en la recién derrotada nación. Nada que alterase los ánimos sería publicado, dado que el vencedor no ignoraba que el dolor y la ira podía desatarse al ver ese panorama de la ciudad (hay quienes sostienen, también, que la razón verdadera era, por cuestiones estratégicas, mantener secreta la capacidad de destrucción física de esta nueva arma). No obstante, la censura de la evidencia visual sirvió a un tercer propósito: ayudó a Japón y a E.E.U.U. a inhibir cualquier cuestionamiento doméstico acerca del mismo uso de La Bomba como arma de guerra. Esto es realmente curioso en términos de registros fotográficos y/o audiovisuales, ya que la Segunda Guerra Mundial fue el momento 'de madurez' -por así decirlo- de la cámara como factor de documentación de los desastres a los que lleva la guerra (si bien conocimos los trabajos de Robert Cappa en la Guerra Civil española -y hasta los mismos documentos de la Blitz en Londres-, en la segunda conflagración mundial el registro fílmico y fotográfico fue prolífico... pero acompañado por una enorme y duradera cantidad de censura). Lo cierto es que al pensar en Hiroshima, sólo proyectamos en nuestra mente el conocido 'hongo'. Y aún cuando eso sea todo un ícono, no es algo que 'simplemente sucedió' como una tragedia natural, sino el producto de la mismísima acción humana. 


...pero habíamos comenzado contando la historia de un hombre que paseaba a su perro... Pues bien, ese trabajador de tiempo completo en su negocio de comidas -que le permitió que sus seis hijos pudiesen ir a la universidad-, mientras era entrevistado por Levy, hizo un comentario más interesante que el que algunos estudiosos del tema podrían hacer (sobre todo, porque es apropiado y simple, sensible y real a un tiempo): 'El punto que más me afecta sobre las fotografías is lo que no está en ellas. Las ausencias, como la foto de los pies marcados como tiza en el puente'. Y pensativo, dice: 'La gente sabe qué hicimos en Hiroshima. Pero simplemente, no queremos pensar en eso' (la negrita es mía). 



Hiroshima (autor desconocido, 1945) - ICP

Allende lo que muchos lamentemos y nos avergoncemos por ese hecho, cuando las fotos fueron encontradas, nadie sabía qué hacer con ellas... El descubridor las archivó por años, y se ocupó, mientras tanto, de su vida y la de su familia. Unos años después, hablando con una cliente, mencionó el asunto de las fotos. Ella logró armar una muestra en 2003, pero fue casi ignorada. 

Levy decidió ir a ver qué era del lugar donde habían sido encontradas. Vieron la casa y la vereda, y de ahí empezaron una búsqueda en la municipalidad para saber quiénes habían habitado la casa, googlearon algunos de esos nombres, llamaron a otros, hasta que alguien -apellidado Levitt-, del otro lado de línea, dijo: 'Las fotos? De Hiroshima? Las tienes? Pensé que estaban en mi sótano! Cómo las conseguiste? Esto es increíble! Debo haberlas tirado por accidente cuando estaba moviendo mis cosas. Nunca me hubiese desecho de ellas deliberadamente. Las tengo conmigo desde 1972! (...) Mira, creo que tal vez haya más, estoy seguro. Te llamaré de vuelta en diez minutos'. Vuelve a sonar el teléfono y lo confirma. Además, le dice que iría a verlo para mostrárselas: resultó que eran treinta fotos más de 10 x 20 en blanco y negro, algunas de las cuales tenían la marca 'Top Secret' y 'Restricted'. Eran fotos de reconocimiento aéreo, que había obtenido de un amigo que trabajaba de pintor de casas, a principios de los '70s, cuando vivió cerca de New York. Cree que aquél las encontró mientras hacía alguno de esos trabajos, pero sin seguridad alguna. De cualquier modo, las fotos estaban tiradas por ahí... Levitt dice que siempre quedó prendado con ellas, que algo siempre lo conmovía... pero se le hizo complicado hablar de ello. Recuperado, dice que, aún cuando todos vemos muerte y desastre por TV permanentemente, esas fotos eran diferentes, tal vez porque eran de objetos físicos. No representaban el horror precisamente, porque no vemos cuerpos. Pero su poder es realmente intenso... y agrega algo realmente interesante, valioso, importante para quienes nos gusta ver lo que la cámara nos deja ver, después de todo: 'creo que es porque no puedo evitar colocarme detrás del lente. Qué sentía el tipo que las tomó? Estaba disparaba y giraba el rollo. Disparaba y pasaba el rollo'. Esta idea vale, una vez más -y seguramente no la última- para reavivar el debate que envolvió el trabajo de Cappa en plena guerra ibérica intestina...


La foto fue llamada sólo 'Hiroshima' (1945). Pertenece al USA Strategic Bombing Survey Archive
(y fue adquirida con los fondos de la International Center of Photography en 2006).



Hiroshima (autor desconocido, 1945) - ICP


Hiroshima (autor desconocido, 1945) - ICP


Hiroshima (autor desconocido, 1945) - ICP


Hiroshima (autor desconocido, 1945) - ICP










Hiroshima (autor desconocido, 1945) - ICP









Hiroshima (autor desconocido, 1945) - ICP













Hiroshima (autor desconocido, 1945) - ICP

Hiroshima (autor desconocido, 1945) - ICP





Luego del último encuentro, Levitt logró localizar a su amigo. Llamó ansioso y sin aliento a Levy para contarle que lo había hecho, y le dijo que él recordaba haber trabajado en una casa donde había habido un incendio y la familia se estaba deshaciendo de varias cosas. Vió una suerte de baúl de madera con incripciones en japonés y decidió llevársela. Dentro tenía las fotos. Una semana después, Levitt recibió de su amigo, Harlan Miller, un e-mail con un archivo .jpg: era la foto que vemos aquí, más arriba, de esa suerte de caja-baúl. En el frente (si miran con atención, seguro lo divisan, arriba de la última fila de números) se lee Tte. Robert L. Corsbie. Otra vez Levy y compañía buscaron algún dato de este nombre. El Depto. de Defensa acredita que era un oficial de marina y miembro del equipo de daño físico de la Evaluación.



En el próximo post, algunos hechos que, si bien no están aquí fotografiados, explican la existencia de estas pruebas de la miseria humana (aún en la misma nación que se jacta de su permanente defensa y lucha por los derechos humanos). 






27/03/2011

No Leas, que Contamina.

En cabeza cerrada no entran ideas. 
Andrés Rivera cuenta una historia maravillosa en un libro que felizmente cayó a mis manos hace unos cinco o seis años (*): el genial Dashiel Hammett, fue juzgado el 26 de marzo de 1953 por el subcomité del Senado de los Estados Unidos presidido por el infame Joseph McCarthy (el que examinaba, en este caso -entre otras cosas- qué libros pro-comunistas habían conseguido infiltrarse en ciento cincuenta bibliotecas dependientes del Departamento de Estado en el extranjero. Todo esto, por supuesto, dentro del paraguas del Comité de Actividades Antinorteamericanas). Entre ellos, había, aparentemente, unos trecientos ejemplares con autoría de Hammett, esparcidos en setenta y tres de esas bibliotecas. Fue esto lo que le valió al autor una cita para declarar.

McCarthy, que se tomaba muy en serio lo suyo, lo interrogó por bastante tiempo. En ello, le pregunta: 'Si usted estuviera gastando, como estamos haciendo nosotros, más de cien millones de dólares al año en un programa de informaciones que se supone tiene por objetivo luchar contra el comunismo, y si usted fuera encargado de este programa de lucha contra el comunismo ¿adquiriría usted las obras de unos 75 autores comunistas y las distribuiría por todo el mundo estampando en ellas nuestro sello oficial de aprobación?' Hasta esa pregunta, Hammett se había amparado en la Cuarta Cláusula de la Constitución norteamericana (ella permite que el interrogado no conteste, si considera que su respuesta se convertirá en una acusación hacia sí mismo). Rompió el silencio y le contestó: 'Bien, pienso -por supuesto que no lo sé- que si estuviera luchando contra el comunismo, creo que lo que haría es no darle a la gente ninguna clase de libros', a lo que McCarthy devolvió: Viniendo de un autor, este comentario es poco corriente. Muchas gracias, ha terminado el interrogatorio'.  





(*) Ese libro era Un Golpe a los Libros: Represión a la Cultura Durante la Última Dictadura Militar, de Hernán Invernizzi y Judith Gociol, editado por EUDEBA en 2003.



26/03/2011

Pasado, Presente y Futuro


Yo recordé, recordaba, he recordado, había recordado, hube recordado.


Yo recuerdo.


Yo recordaré, habré recordado.






24/III/1976
(y su antes, y su después...)













22/03/2011

Confeito para Você: Quem foi Ostrogorski?




Seu nome era Moisei Yakovlevich e nasceu no ano 1854. Achava algo que a gente também suspeita (e receia): A propriedade natural de todo o poder consiste em concentrar-se. Partindo de lá, observou que os partidos políticos são meros instrumentos de dominação de elites escondidas por trás daquilo que chamava de 'programas omnibus' (isto é, programas que oferecem soluções universais que nunca se realizam). E isto acontece porque o indiferentismo político das massas leva a que os partidos políticos actuem sem o temor de ser controlados.




Com essa passagem, tão curtinha mesmo, acho que dá para se interesar por ele e procurar sua escrita, né?




10/03/2011

Sin título (X)



No me importan las huelgas, lo que me importa es que se conozcan.


Estefanía Moreira





06/03/2011

Pinti pinta.


La impresión que se ganaron
por la pinta que se hicieron.
Hace muchos años recibí este testamento que le atribuyen a Enrique Pinti. Fuere o no de ese modo, lo que dice es irrefutable y bien vale reflexionar con esas palabras, que, más que un legado, al final son una prescripción para que esos grupos cumplan. Y bien valdría que lo hiciesen.


Yo, hombre del medio pelo argentino, en mis cabales y absolutamente responsable del momento que me toca morir, digo, vivir, dejo todo mi agradecimiento a las fuerzas vivas, muy vivas, yo diría avivadasque me gobernaron con total falta de respeto e idoneidad profesional. 

A los conservadores aristocráticos de la primera hora, les dejo un manual de Historia Argentina para que relean a ver dónde dice que en una república democrática alguien puede creerse superior a los demás por cuestiones de linaje y casta, sobre todo, siendo hijos de inmigrantes como cualquiera, en nombre de esa prosapia trucha, con horrorosos latifundios dignos del peor señor feudal del medioevo en pleno siglo XX y cagarse en el pobre, insultándolo con una caridad que, en el 90% de los casos, es humillante e insuficiente.

A los correligionarios radicales les dejo una brújula para que, al saber dónde está el sur y dónde está el norte, sepan también definirse entre la izquierda y la derecha o el centro en vez de ser alternativamente pseudo-bolches o gorilas conservas. 

A los distinguidos camaradas de las izquierdas argentinas les dejo un manual titulado "¿Qué es la Clase Obrera?" con modelo para armar incluido, a ver si así pueden explicarse qué les faltó para lograr un puto voto del laburante que, ante la confusión de prédicas que iban desde el hermetismo intelectual a la declaración de guerra de guerrillas, prefirieron (y esto debe ser único en el mundo) votar a la derecha o apoyar dictaduras populistas. 

A los compañeros peronistas les dejo un manual de la contradicción perpetua y fanática donde se explica cómo un movimiento populista que luchó  contra el conservadorismo puede llegar a ser un movimiento conservador que acusa de populistas a los que luchan contra los conservadores, y cómo se puede glorificar a Evita haciendo todo lo contrario de lo que hacía ella. También les dejo un bombo para que lo conviertan en shopping y un CD doble con canciones de Menem y música de Palito Ortega cantado por María Julia.

A los milicos que tengan menos espíritu de cuerpo. Y a los curas que tengan menos cuerpo y más espíritu.

Y a las generaciones venideras sepan que hubo una  vez un país rico, grande, lleno de buena gente al cual unos pocos pícaros avivados hundieron sin  remedio.

Enrique Pinti


Resaltamos toda idea que creemos de urgente cumplimiento, so pena de acabar como acabamos.




...pero antes lo asesinaron.

Él los recibía de brazos abiertos... 
Entre esos fragmentos sin fecha ni origen -y que así alimentan este blog-, encontré un pasaje curioso: el supuesto discurso que John F. Kennedy daría, si no lo hubiesen cruzado tres tiros en el camino. Viene con unas notas aclaratorias (o con pretensión de serlo): parece que JFK traía en su bolsillo unas tarjetas con el discurso escrito en ellas y, una vez que Lee Oswald logró su objetivo, alguien las rescató para guardarlas en un lugar seguro. Esa fue siempre la versión... o la leyenda urbana.

Si tuviera que arriesgar por una de ellas, no dudaría en optar por la leyenda urbana. Es poco probable -o deseable- que un presidente haga un alegato acerca de nuestros amigos en otros planetas,  que eso sea la única materia (por esta razón, destacada) de un discurso público. Más probable parece que sea una versión surgida de algún fanático(s) de esta gesta (que no por ponerlo en estos términos la estamos negando, necesariamente. Simplemente, en este contexto no parece plausible). Pero en fin: que algo sea un mito o un acontecimiento, realidad tiene en ambos casos. Por eso, veamos de qué se trataba: 

Mis compatriotas americanos, gente del mundo, hoy nosotros salimos al camino en una jornada dentro de una nueva era. Una época -la niñez de la humanidad- está terminando y otra está a punto de iniciarse. La jornada de la cual hablo está llena de desafíos desconocidos, pero creo que toda nuestra historia pasada, todas nuestras batallas pasadas, han preparado excepcionalmente a nuestra generación para que se imponga.  Ciudadanos de esta Tierra, nosotros no estamos solos. Dios, en su infinita sabiduría, ha creído propio poblar su universo con otros seres, criaturas inteligentes como nosotros mismos... ¿Cómo puedo yo declarar esto con esta autoridad? En el año 1947 nuestras fuerzas militares recuperaron desde el seco desierto de Nuevo Mexico los restos de una nave de origen desconocido. La ciencia pronto determinó que ese vehículo venía de las fronteras lejanas del espacio exterior. Desde ese tiempo nuestro gobierno ha hecho contacto con los creadores de esa nave del espacio. A pesar de que esta noticia pueda sonar fantástica -y ciertamente, aterradora -yo les pido que no la reciban con miedo o pesimismo inmerecido. Les aseguro, como su Presidente, que estos seres no tienen intenciones de dañarnos. Al contrario, ellos prometen ayudar a que nuestra nación se sobreponga a los enemigos de toda la humanidad: la tiranía, la pobreza, las enfermedades, la guerra. Nosotros hemos determinado que ellos no son adversarios, sino amigos. Junto con ellos nosotros podemos crear un mundo mejor. No puedo decirles que no habrá traspiés en el camino que se aproxima. Creo que ellos han encontrado el verdadero destino de la gente en esta gran tierra: conducir al mundo dentro hacia un futuro glorioso. En los próximos días, semanas y meses, ustedes conocerán más respecto de estos visitantes, el por qué de que ellos están aquí  y por qué nuestros lideres nos han ocultado su presencia como un secreto durante mucho tiempo. Yo les pido que vean el futuro, no con timidez, sino con coraje, debido a que nosotros podemos lograr en nuestro tiempo la visión de paz en la Tierra y prosperidad para toda la humanidad. Dios los Bendiga.




(Por cierto: qué buena estrategia de marketing la de lanzar una idea que no suele contar con todo el apoyo de la opinión pública a través de un 'hallazgo luego silenciado' entre las ropas de una víctima de una tragedia, donde esa víctima agrava la situación convirtiéndola en un magnicidio... qué genialidad. La razón es simple: la apelación a situaciones luego censuradas en los registros históricos -por atentar contra diversos intereses del poder- es tan trillada como efectiva.)



17/02/2011

'Doble U' & Monty Python



Una imagen vale más que mil contradicciones.

Corría el 2003. Hace sólo (o ya) ocho años. Si hacemos memoria, nos acordaremos que para la quincena de marzo, George Bush anunció su búsqueda, en primera persona -pero encomendándolo a otros- de las armas de destrucción masiva en Irak (o donde estuviesen...). Casi dos meses antes, Terry Jones -uno de los legendarios Monty Phyton- decidió escribirle al decidido texano, y lo hizo por medio del London Observer, el 26 de enero, precisamente un domingo, que es cuando todos miramos, además de las fotos, los títulos de los diarios. 

Le contó que ya estaba perdiendo la paciencia con sus vecinos, y además, todo esto:


"Estoy entusiasmado con la última razón que da George Bush para bombardear Iraq: se le agota la paciencia. ¡A mí me pasa lo mismo! Llevo un tiempo bastante cabreado con el Sr. Johnson, que vive dos puertas más abajo. Bueno: con él y con el Sr.  Patel, que regenta la tienda de comida naturista. Los dos me miran mal,  y estoy seguro de  que el Sr. Johnson planea algo horrible contra mí,  aunque aún no he podido descubrir el qué. He estado husmeando su casa para ver qué pretende, pero tiene todo bien escondido. Así es de taimado. En cuanto a Patel, no me pregunten cómo lo  sé, el caso es que sé de buena tinta- que en realidad es un asesino en  serie. He llenado la calle de panfletos explicando a la gente que si no  actuamos primero, nos irá liquidando uno a uno. Algunos de mis vecinos  dicen que si tengo pruebas, que vaya a la policía. Qué ridiculez. La policía diría que necesitan evidencia de un crimen del que acusar a mis vecinos. Saldrían con interminables sutilezas y objeciones sobre los pro y contras de un ataque preventivo, y mientras tanto, Jonson estaría finalizando sus planes para cometer actos terribles contra mi persona, mientras Patel estaría matando gente en secreto. Ya que soy el único de la calle con un arsenal decente de armas automáticas, me doy cuenta de que es cosa mía mantener la paz. Pero hasta hace poco ha sido algo difícil hacerlo. Ahora, sin embargo, George W. Bush ha dejado claro que todo lo que necesito es que se me agote la paciencia ¡Y ya puedo tirar hacia delante y hacer lo que quiera! Y reconozcámoslo, la política cuidadosamente razonada de Bush con respecto a Iraq es la única manera de conseguir la paz y la seguridad internacionales. La única manera segura de parar a los terroristas fundamentalistas suicidas que amenazan a EE.UU. y al Reino Unido es bombardear algunos países musulmanes que nunca nos han amenazado. ¡Por eso quiero volar el garaje de Johnson y matar a su mujer y sus hijos! ¡Ataquemos primero! Eso le dará una lección. Así nos dejará en paz y dejará de mirarme de esa manera tan absolutamente inaceptable.

El Sr. Bush deja claro que todo lo que él necesita saber antes de  bombardear Iraq es que Saddam es un hombre desagradable de verdad y que tiene armas de destrucción masiva aunque nadie pueda encontrarlas.  Estoy seguro de que tengo la misma justificación para matar a la esposa y a los hijos de Johnson, que tiene Bush para bombardear Iraq. El deseo a largo plazo del Sr. Bush es hacer del mundo un lugar más seguro, eliminando a los estados peligrosos y al terrorismo. Una intención a largo plazo bien inteligente, porque, ¿cómo diablos se sabe cuándo se ha acabado? ¿Cómo sabrá Bush cuándo ha acabado con todos los terroristas? ¿Cuando todos los terroristas hayan muerto? Pero un terrorista sólo lo es una vez que ha cometido un acto de terror. ¿Qué pasa con los futuros terroristas? Esos son los que realmente hay que eliminar, porque la mayor parte de los terroristas conocidos, como son suicidas, se eliminan ellos solos.

¿Será acaso que el Sr. Bush necesita acabar con todos los que podrían, quizá, ser futuros terroristas? ¿A ver si es que no puede estar seguro de lograr su objetivo hasta que cada fundamentalista islámico esté muerto? Pero resulta que algunos musulmanes moderados pueden convertirse en fundamentalistas. Tal vez lo único seguro que quepa hacer, según Bush, sea eliminar a todos los musulmanes.  Lo mismo pasa en mi calle. Johnson y Patel son sólo la punta del iceberg. Hay docenas de personas en la calle a las que no gusto -y lo digo con el corazón- me miran muy mal. Nadie estará seguro hasta que haya acabado con todos. Mi mujer me dice que a lo mejor estoy yendo demasiado lejos, pero yo le digo que lo único que hago es usar la misma lógica que el  Presidente de los Estados Unidos. Con eso le callo la boca. Igual que le ocurre al Sr. Bush, a mí se me ha acabado la paciencia, y si ésa es razón suficiente para el Presidente, también lo es para mí. Le daré a la calle entera dos semanas, no: diez días, para que salgan a la luz y entreguen a todos los alienígenas y piratas interplanetarios, a los forajidos galácticos y a los cerebros terroristas interestelares, y si no los entregan de buena gana y dicen gracias, bombardearé la calle entera. Tan sensato es esto como lo que se propone George W. Bush.

Y al contrario de lo que él pretende, mi política sólo destruirá una calle".



Si, por razones obvias (esta traducción no parece muy buena) prefieren la versión original, pueden leerla aquí







30/01/2011

Perla: Cartografía Radical



La acción vista en un plano.


 
Este es un sitio realmente particular. Sobre todo, porque cuando tiene que definir esa sección que muchas páginas poseen como ¿Quiénes Somos? no nombran a sus integrantes, ni resumen su currículo o ponen fotos y biografías ficticias. Simplemente colocan, en un infinito fondo blanco, un pasaje del libro de Jean Baudrillard, Cultura y Simulacro, aquél que dice

Si ha podido parecemos la más bella alegoría de la simulación aquella fábula de Borges en que los cartógrafos del Imperio trazan un mapa tan detallado que llega a recubrir con toda exactitud el territorio (aunque el ocaso del Imperio contempla el paulatino desgarro de este mapa que acaba convertido en una ruina despedazada cuyos girones se esparcen por los desiertos —belleza metafísica la de esta abstracción arruinada, donde fe del orgullo característico del Imperio y a la vez pudriéndose como una carroña, regresando al polvo de la tierra, pues no es raro que las imitaciones lleguen con el tiempo a confundirse con el original) pero ésta es una fábula caduca para nosotros y no guarda más que el encanto discreto de los simulacros de segundo orden. Hoy en día, la abstracción ya no es la del mapa, la del doble, la del espejo o la del concepto. La simulación no corresponde a un territorio, a una referencia, a una sustancia, sino que es la generación por los modelos de algo real sin origen ni realidad: lo hiperreal. El territorio ya no precede al mapa ni le sobrevive. En adelante será el mapa el que preceda al territorio —PRECESIÓN DE LOS SIMULACROS— y el que lo engendre, y si fuera preciso retomar la fábula, hoy serían los girones del territorio los que se pudrirían lentamente sobre la superficie del mapa. Son los vestigios de lo real, no los del mapa, los que todavía subsisten esparcidos por unos desiertos que ya no son los del Imperio, sino nuestro desierto. El propio desierto de lo real (traducido por Pedro Rovira para Editorial Kairós, Barcelona, 1978. Sólo por ser vos -y de pura yapa- te lo dejo aquí).

Como si esto no fuese definitorio, se empecinan en ofrecen una cartografía particular por región (no sólo acerca de los estados que se unen en el norte) y por problemática (etimología americana, pobreza, uranio, explosiones nucleares, símbolos monetarios, ♡, comparaciones en escala, lo grande vs. lo grandioso, calendarios de campos de boy scouts, etcétera).


Vale visitarlo: es muy interesante. Y encima, es gratis.





27/01/2011

Algo de Poder a la Dostoievsky




Ideas caen como rayos

En un estudio preliminar de la edición de 1972 hecha por EDAF Madrid y firmado por Ángel Lázaro, encontré unas definiciones dostoievskianas sobre el poder que me enmudecieron.

Lázaro comienza asegurando que Dostoievsky conoció -mientras estuvo cuatro años apresado por su apoyo al socialismo utópico y luego enviado a Siberia- el monstruo de la pasión de la dominación del hombre sobre el hombre y la embriaguez de la sangre al contemplar las carreras de banqueta con que se sanciona al preso que ha incurrido en falta. Luego (por suerte) lo cita: quien ejerce ese poder, ese ilimitado señorío del cuerpo, la sangre y el alma de un semejante suyo, de una criatura, de un hermano, según la ley de Crxto, quien conoció el poder y la plena facultad de infligir la suprema humillación del otro ser que lleva en sí la imagen de Dios, ese tal, sin querer, se convierte en esclavo de sus sensaciones. Esto era Feodor, un esclavo de sus sensaciones. Había conocido eso que describía y lo sufría en su cuerpo.


Luego se refiere a otro poder anómalo: La tiranía es una costumbre: posee la facultad de desarrollarse, de sostenerse y crecer por sí misma, y degenera, finalmente, en una enfermedad. Concretamente, Dostoievsky ha nombrado a Dios, así ha hermanado al hombre con su creador, y no concibe que el hombre pueda humillar al hombre. Por eso se explica de este modo el abuso de poder, de toda tiranía: Yo sostengo que el mejor de los hombres puede embrutecerse y embotarse por efecto de la costumbre [la costumbre de ejercer su poder] hasta rebelearse al nivel de una fiera. La sangre y el poder embriagan, engendran embrutecimiento e insensibilidad, la inteligencia y el sentimiento son capaces de encontrar natural y hasta placenteras las más anormales manifestaciones. El hombre y el ciudadano mueren en el tirano para siempre, y restituirse a la dignidad humana, al arrepentimiento, a una nueva vida, es ya para él casi imposible.


Dostoievsky creía que la sociedad que contempla con indiferencia ese espectáculo está ya minada en sus cimientos. Veía el estrago, la maldición que representa toda tiranía. Todo uso de poder omnipotente y sostenido sin plazo de vencimiento, usurpa la perenniad que sólo aquél puede ejercer. Decía por la gracia de Dios, gobiernan los reinos soberanos, pero, por lo mismo esa gracia no puede humillar ni tiranizar a los súbditos. Y aquí es cuando las referencias y citas de Lázaro terminan con una imagen sobrecogedora, al asegurar que una noción puede ser, también, una 'casa muerta'. Es eso, precisamente, lo que el novelista quiere decir cuando ante nuestros ojos presenta el cuadro sombrío de la purga de las culpas humanas a través de la canción que dice: refulge la luz del cielo, redobla el tambor del alba. Y sentimos escalofríso ante ese cadaver desnudo, cargado aún con la cadena al que contempla tratando de guardar su impasibilidad, el suboficial que se ha quitado el caso, mientras un viejo preso dice: ¡También tenía una madre!



Las negritas y los resaltados, son míos.







04/01/2011

La Mandarina a Pedal



¿Naranja o mandarina? Esa es la cuestión.
Tal vez cuando Gasalla y Perciavalle decidieron, en 1972, titular a su espectáculo con una idea que grafique la versión subdesarrollada de la violencia, no supieran que estaban describiendo lo que sería la versión americana del libro de Anthony Burgess -y por ende lo que Kubrick llevaría a la pantalla (y que por esta causa quedaría estambrado en el imaginario de muchas personas que vieron el film, como de quienes no lo vieron también, según esa costumbre [no sólo] norteamericana de horrorizarse y autocensurarse haciéndose eco de debates morales en torno a libros y películas - en lugar de pensar qué tienen esas obras para señalarnos de nosotros mismos).


[Antes de notar esta dicotomía poco difundida (salvo por la acción del propio Burgess, que se pasó desde principios de los '70s a su muerte, en 1993, aclarando el tema), tenemos que hacer una obligatoria mención a la obra de Kubrick -uno de los más grandes fotógrafos norteamericanos del siglo XX, artista irremplazable en la cinematografía mundial. No sabemos (aunque nos encantaría) por qué decidió filmar la versión censurada de la obra. Pensamos, sólo pensamos, que pudo escogerla en la medida que la película debía -como tantas otras- conquistar el enorme mercado norteamericano, en el que sólo se compra lo que se ajusta para bien o mal a sus valores. Claro que esta es la única hipótesis que nos produce cierta calma, dado que la otra, donde Kubrick filma deliberadamente la versión censurada -tal vez siendo presa de la misma sociedad en que nació -a la que Burgess le achacó un magro 0,00000001 de interés por la cuestión real de su libro-, nos entristecería demasiado... acontece que aún esperamos que, algunas pocas personas destacadas y valiosas por sus obras, sean menos norteamericanas que sus paisanos...]


El punto fundamental es cuál de los cítricos se conoce. Sabemos que el éxito mundial -y persistente de manera muy posterior a su estreno, luego de ir superando las diversas censuras alrededor del globo- de la película, como de sus bondades propias -producto de la mano de Kubrick- aumentó enormemente la probabilidad de que la mayoría de las personas conozcan sólo la versión devaluada de la novela. Y más que devaluada, completamente cambiada, dado que se la convierte en fábula. Kubrick y la versión impresa norteamericana (incluída la primera traducción al español en 1976) son fábula. La publicación británica y del resto del mundo son novela: la novela que escribió Burgess, verdadera naranja mecánica.

Todo comenzó en New York, donde la obra había sufrido dos contingencias: la primera, fue la censura de uno de esos personajes que no podrían escribir la lista de compras del supermercado, pero que sin embargo toman decisiones sobre libros pensando en un mercado que aseguran conocer (también se los conoce como editores). Éste era uno de esos típicos, uno de esos que ejercen su trabajo, y además, son norteamericanísimos: de hecho, encontró el famoso 'capítulo 21' blando, demasiado británico, dijo Burgess. Y decidió suprimirlo. Concretamente no le gustó que Alex, el protagonista, llegase a la conclusión que la violencia lo aburría, y que además era la réplica de los estúpidos. Eso era demasiado mole para un editor que veía el signo distintivo norteamericano en no temer a enfrentarse con la realidad... por suerte, Burgess nos recuerda: pronto se verían enfrentados a ella en Vietnam). Dado entonces, que los tiempos demandaban un libro a la Nixon, así se editó (la era Kennedy del progreso moral, estambrada en el obra y su capítulo final, estaba por acabar prontísimo y con disparos) . La segunda contingencia es más común que aquélla: en 1962 el autor necesitaba el dinero. Estas dos cuestiones hacen que la fábula, replicada por la película, sea la que predomine en el imaginario de las personas.

A eso tenemos que sumarle una perenne mala costumbre popular que toma la película como un modo de captar una historia en dos horas, sin la necesidad de esforzarse en leer el libro. Esto no estaría mal si las adaptaciones cinematográficas fuesen, simplemente, la cinematización de un resumen del libro. Pero no es así. Y no está mal que no lo sean: La peli siempre es la obra de otro autor, al que le decimos director, y que pone en imágenes lo que él encontró de valioso en una obra. No tiene por qué filmar los hechos idénticos a cómo los presenta el autor (de hecho, jamás podría hacerlo: todas las lecturas de un libro -incluída la relectura del mismo autor del libro- son una más entre las infinitas inmersiones de cada individuo al momento de sumergirse en un libro... incluyendo aquí las diferentes lecturas que un mismo individuo puede hacer de un libro en diferentes momentos de su vida). La película es siempre otra obra, que se inspira, se basa, es sugerida, por tal o cual libro. Pero siempre es otra obra. Y enhorabuena que lo sea, porque de un libro valioso, tenemos dos piezs de arte (el libro original y la versión cinematográfica -aún cuando alguna de ellas pueda ser 'mala').

Todo esto lo podríamos resumir facilmente en unas pocas preguntas: ¿conoces la versión kennediana o la nixoniana del libro? ¿Leíste una novela o videaste sólo la fábula? ¿Exprimiste la Naranja Mecánica o te comiste de a gajos la Mandarina a Pedal?





Nota: Existen numerosas interpretaciones acerca de qué significa la expresión naranja mecánica. Lo cierto es que el sentido es el mismo que le dio Burgess, uno muy concreto: funciona como un adjetivo que refiere a la rareza pura que aparenta normalidad en la superficie (de allí lo extraño que resultaría encontrar una naranja convencional que por dentro fuese un mecanismo) y su origen es enteramente cockney (es decir, el estilo de inglés hablado en la zona Este de Londres). Esta expresión se vió re-popularizada por la novela de Burgess (aunque su uso es algo anterior a los '60s), y el sentido con que el autor la usó fue mostrar lo raro de encontrar una persona que sólo puede actuar bien o sólo puede actuar mal, sin lugar a la elección entre el bien o el mal, componente inherente al ser humano (esto sucede cuando Alex es condicionado y simplemente no podría actuar mal al no ser capaz de escogelo así o al contrario, y por lo tanto se convierte en una naranja mecánica).