Shakespeer y Shakespeare.


Shakespeer
acontece en un cruce improbable de dos sentidos.

El primero, en la unión de dos palabras: shake [-up] (sacudir, agitar, remover bruscamente; debilitar, desalentar... pero también zafarse, liberarse). Y peer que, en una de sus acepciones señala a quienes son pares en un grupo (por edad, posición social y/o habilidades) y en laotra acepción describe la posesión de título nobiliario en el Reino Unido (esto incluye a quienes alcanzan honor de
Lord y por eso su lugar en la Cámara).

El segundo sentido es más intuitivo: la similitud fonética con el apellido del genial William, quien conocía varios (más) de los vericuetos del corazón humano.


En ese cruce breve, en ese chispazo más que improbable, en ese enlace natural, se despliega este blog.


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23/06/2011

No Tendrán Tu Verdad.


Un hombre que algunos señalan como un maestro (es decir, la versión reivindicativa del denostado término gurú), pero que -como todos los otros hombres y mujeres- es sólo un aprendiz, encontró un buen modo de explicar cuál es la búsqueda que será legítimamente valiosa para cada individuo (y necesariamente, nunca más allá de él mismo). 

Como siempre, no nos detendremos en el nombre del que expresó su idea con la siguiente historia corta, ni repararemos en los detalles locales o históricos del pasaje (o alguno de sus personajes):


En algún pueblo, un hombre decidió abrir una tienda de pescado, y puso en su puerta un gran cartel que decía: "Aquí se vende pescado fresco". El primer día que abrió, un cliente le dijo: "¿'Pescado fresco'? ¿Para qué aclaras que es 'fresco'? ¿Acaso venderías pescado rancio?" El tendero creyó que era sensato, porque, curiosamente, la idea de 'fresco' traía a la mente, también, la idea de 'rancio' a los clientes. Ahora se leía: "Aquí se vende pescado". Una ancianita llegó a la tienda al día siguiente, y le preguntó: "¿Usted vende pescado también en alguna otra parte?" El tendero dijo que no, y se dió cuenta que la palabra 'aquí'  debía ser eliminada, y así lo hizo. Al tercer día, otro cliente vino le preguntó: "¿Acaso alguien obsequia pescado?"... y el tendero decidió eliminar el verbo 'Se vende'. Ahora sólo quedaba 'Pescado'. En ese momento otro cliente le reprochó: "¿'Pescado'?. Incluso desde lejos, hasta un ciego podría olerlo". Y por eso el comerciante sacó la última palabra, dejando un cartel en blanco. Un momento después, un transeúnte le gritó: "¿Para qué tener un cartel en blanco sin sentido?". Y así el vendedor sacó el cartel dejando el vacío. La última referencia que tuvo de su cartel primero mutilado y ahora directamente desaparecido fue de un caminante que se detuvo por curiosidad: "Habiendo abierto una tienda tan grande, por qué no cuelgas un cartel que diga Aquí se Vende Pescado Fresco?.


Así es como sucede: todos ponen en juego una versión -seguramente bienintencionada- de una situación que, mientras los complacemos, no sólo vamos mutilando nuestro/s criterio/s, sino que luego de ese recorrido, se nos reclama por qué no hacer lo que ya habíamos pensado al principio... Eso sucede porque cada uno aporta una verdad, presentándola como 'la' verdad (aunque lo peor no es eso, sino que del mismo modo la compramos).  

La cuestión parece residir en la consciencia. En la consciencia del que recibe el consejo ajeno, y en la del que se atreve a darlo. Las personas valiosas no aconsejan, prefieren ayudarnos a ser (y a hacer) más conscientes nuestras propias decisiones. Claro que se pueden permitir -y aquí debemos agradecerles- darnos una intuición, o una perspectiva... pero lo fundamental para ellos será hacernos más despiertos para escoger entre la mejor opción, valida sólo para el momento y la posición en que nos encontremos (y concebida en nuestra propia consciencia, claro está). El fin de ello no es nada despreciable: despertándonos, podremos tener la confianza de que podremos escoger, en otro tiempo y posición diferente, también la mejor opción entre varias (aún cuando ésta no sea siquiera parecida a la primera. De hecho, reprochamos la falta de coherencia ajena, pero nunca pensamos en la coherencia que deberíamos reclamar a las situaciones en que esas personas decidieron... en otras palabras, olvidamos que deberíamos reprocharle a las circunstancias la misma carencia. Pero hacerlo -es decir, enrostrarle algo a una 'situación'- es, a toda vista, absurdo... aunque si lo hiciésemos, tal vez nos daríamos cuenta de que el reclamo que hacemos a las personas no es muy consistente...).

El punto aquí es no recortarnos según el deseo de los otros, y así acabar por ser un vacío que un otro viene a exigirnos que deberíamos llenar... es decir, no ser como el tendero, ni como los clientes... no dar consejos acerca de qué hacer en una situación determinada, sino ayudar a que el otro vaya encontrando sus decisiones... y no decidir según lo que otros creen, sino desde lo que nosotros estamos experimentando. Y así una y otra vez. Una y otra vez...

Por eso, no les recomendaría leer este post, y menos aún, que lo recomienden. 









11/06/2011

Sin título (XV)


Los argumentos son tan útiles contra los prejuicios, como lo son las galletas de chocolate contra el extreñimiento.


Max Pallenberg.






30/05/2011

De Arriba para Abajo (y viceversa).

Dejemos de lado los detalles prescindibles: el nombre de pila del profeta, sus discípulos, el momento en que esta historia fue narrada por primera vez (aunque nos separa de ello varios siglos, la vigencia no se perdió en ese camino), y hasta el exegeta que la recrea. Hagámosla válida para cualquier creencia, digna de cualquier maestro, válida para todo discípulo, vigente en todo tiempo, y hasta pasible de ser recreada aquí, con tan poca destreza.


Un día, unos discípulos creyeron que era una buena ocasión para que sus vidas se despegasen del humilde origen que les había tocado: tenía que hacerse realidad, por fin, el salir del anonimato, el comenzar a dominar y finalmente ocupar los primeros puestos de lo que sería el nuevo orden que inauguraría su maestro. Luego de decírselo, el guía decidió invitarlos a lo alto de una montaña. Ellos pensaron que así, además, podrían eludir todo lo que pasaba debajo de esa altura, donde los actualmente poderosos, querían erradicar a su profeta para evitar que siguiese con sus enseñanzas. Pero el Maestro, una vez arriba, les mostró la esencia de su mensaje y los invitó a bajar de la montaña junto a él... Y ésa era su valiosísima enseñanza. 

Con los discípulos pasó lo que sigue pasando a diario: los de abajo, desean subir sólo para quedarse arriba y nunca bajar. Por eso el más sabio de esos hombres los invitó a que bajen, a que vuelvan a la gente, al mundo, a la tarea cotidiana y al servicio interminable. Así les mostró que debería dejar de haber unos arriba y otros abajo, pero para lograrlo, los de abajo deberían renunciar a subir y permanecer arriba, y los de arriba deberían bajar para servir sin fin. 






22/04/2011

Sin título (XII)



No entiendo por qué la gente se asusta de las nuevas ideas. A mi me asustan las viejas. 


John Cage





03/04/2011

Sin título (XI)




Antes de dar al pueblo sacerdotes, soldados y maestros, sería oportuno saber si no se está muriendo de hambre.

Leon Tolstoi





26/03/2011

Pasado, Presente y Futuro


Yo recordé, recordaba, he recordado, había recordado, hube recordado.


Yo recuerdo.


Yo recordaré, habré recordado.






24/III/1976
(y su antes, y su después...)













10/03/2011

¿Será Así? (Cultura - Literatura)


¿Será cierto que la cultura es el conjunto de lenguajes, con origen en la sociedad, en los que se articulan valores de todo tipo, y aquéllos lenguajes, a su vez, dan origen a un conjunto de textos con dinámica propia? ¿Será atinado pensar que, en cambio, la literatura opera en la cultura como un espacio que se sirve de lo que ella le ofrece...?


¿Será cierto que en el ámbito de la cultura, los valores se comunican e intercambian entre los sujetos por medio de un sistema de lengua pre-establecido; mientras que en la literatura se emprende por señalar el papel que el texto desempeña en la cultura en un momento en el que esa crítica le es contemporánea? ¿Será así...?



¿Será, además, que la cultura de un sujeto se convierte en un 'multilingüismo' (no sólo referido a un sistema de lenguas, aunque esté muchas veces configurado a través de él-)? ¿Y que el crítico de la literatura, obra en una lógica y sentido diferente, como es constituir de la historia de la literatura una materia de su formación, pero no por ello la hace su objeto propio, sino que se centra en aquéllas ciencias sociales que le pueden ayudar a comprender la literatura conforme esa idea latina hic et ad horam (=aquí y ahora)?


¿Será todo esto así o es un conjunto de renglones dignos de un manual para alumnos que no pretenden aprender? ¿Es un abordaje simplón de esos temas a los que estas líneas apelan pero con los que no entran en diálogo (antes bien, les balbucean torpemente)? En fin, en algún momento, me daré cuenta...




18/02/2011

Sin título (VII)



Sea como fuere lo que pienses, creo que es mejor decirlo con buenas palabras.




William Shakespeare



17/02/2011

'Doble U' & Monty Python



Una imagen vale más que mil contradicciones.

Corría el 2003. Hace sólo (o ya) ocho años. Si hacemos memoria, nos acordaremos que para la quincena de marzo, George Bush anunció su búsqueda, en primera persona -pero encomendándolo a otros- de las armas de destrucción masiva en Irak (o donde estuviesen...). Casi dos meses antes, Terry Jones -uno de los legendarios Monty Phyton- decidió escribirle al decidido texano, y lo hizo por medio del London Observer, el 26 de enero, precisamente un domingo, que es cuando todos miramos, además de las fotos, los títulos de los diarios. 

Le contó que ya estaba perdiendo la paciencia con sus vecinos, y además, todo esto:


"Estoy entusiasmado con la última razón que da George Bush para bombardear Iraq: se le agota la paciencia. ¡A mí me pasa lo mismo! Llevo un tiempo bastante cabreado con el Sr. Johnson, que vive dos puertas más abajo. Bueno: con él y con el Sr.  Patel, que regenta la tienda de comida naturista. Los dos me miran mal,  y estoy seguro de  que el Sr. Johnson planea algo horrible contra mí,  aunque aún no he podido descubrir el qué. He estado husmeando su casa para ver qué pretende, pero tiene todo bien escondido. Así es de taimado. En cuanto a Patel, no me pregunten cómo lo  sé, el caso es que sé de buena tinta- que en realidad es un asesino en  serie. He llenado la calle de panfletos explicando a la gente que si no  actuamos primero, nos irá liquidando uno a uno. Algunos de mis vecinos  dicen que si tengo pruebas, que vaya a la policía. Qué ridiculez. La policía diría que necesitan evidencia de un crimen del que acusar a mis vecinos. Saldrían con interminables sutilezas y objeciones sobre los pro y contras de un ataque preventivo, y mientras tanto, Jonson estaría finalizando sus planes para cometer actos terribles contra mi persona, mientras Patel estaría matando gente en secreto. Ya que soy el único de la calle con un arsenal decente de armas automáticas, me doy cuenta de que es cosa mía mantener la paz. Pero hasta hace poco ha sido algo difícil hacerlo. Ahora, sin embargo, George W. Bush ha dejado claro que todo lo que necesito es que se me agote la paciencia ¡Y ya puedo tirar hacia delante y hacer lo que quiera! Y reconozcámoslo, la política cuidadosamente razonada de Bush con respecto a Iraq es la única manera de conseguir la paz y la seguridad internacionales. La única manera segura de parar a los terroristas fundamentalistas suicidas que amenazan a EE.UU. y al Reino Unido es bombardear algunos países musulmanes que nunca nos han amenazado. ¡Por eso quiero volar el garaje de Johnson y matar a su mujer y sus hijos! ¡Ataquemos primero! Eso le dará una lección. Así nos dejará en paz y dejará de mirarme de esa manera tan absolutamente inaceptable.

El Sr. Bush deja claro que todo lo que él necesita saber antes de  bombardear Iraq es que Saddam es un hombre desagradable de verdad y que tiene armas de destrucción masiva aunque nadie pueda encontrarlas.  Estoy seguro de que tengo la misma justificación para matar a la esposa y a los hijos de Johnson, que tiene Bush para bombardear Iraq. El deseo a largo plazo del Sr. Bush es hacer del mundo un lugar más seguro, eliminando a los estados peligrosos y al terrorismo. Una intención a largo plazo bien inteligente, porque, ¿cómo diablos se sabe cuándo se ha acabado? ¿Cómo sabrá Bush cuándo ha acabado con todos los terroristas? ¿Cuando todos los terroristas hayan muerto? Pero un terrorista sólo lo es una vez que ha cometido un acto de terror. ¿Qué pasa con los futuros terroristas? Esos son los que realmente hay que eliminar, porque la mayor parte de los terroristas conocidos, como son suicidas, se eliminan ellos solos.

¿Será acaso que el Sr. Bush necesita acabar con todos los que podrían, quizá, ser futuros terroristas? ¿A ver si es que no puede estar seguro de lograr su objetivo hasta que cada fundamentalista islámico esté muerto? Pero resulta que algunos musulmanes moderados pueden convertirse en fundamentalistas. Tal vez lo único seguro que quepa hacer, según Bush, sea eliminar a todos los musulmanes.  Lo mismo pasa en mi calle. Johnson y Patel son sólo la punta del iceberg. Hay docenas de personas en la calle a las que no gusto -y lo digo con el corazón- me miran muy mal. Nadie estará seguro hasta que haya acabado con todos. Mi mujer me dice que a lo mejor estoy yendo demasiado lejos, pero yo le digo que lo único que hago es usar la misma lógica que el  Presidente de los Estados Unidos. Con eso le callo la boca. Igual que le ocurre al Sr. Bush, a mí se me ha acabado la paciencia, y si ésa es razón suficiente para el Presidente, también lo es para mí. Le daré a la calle entera dos semanas, no: diez días, para que salgan a la luz y entreguen a todos los alienígenas y piratas interplanetarios, a los forajidos galácticos y a los cerebros terroristas interestelares, y si no los entregan de buena gana y dicen gracias, bombardearé la calle entera. Tan sensato es esto como lo que se propone George W. Bush.

Y al contrario de lo que él pretende, mi política sólo destruirá una calle".



Si, por razones obvias (esta traducción no parece muy buena) prefieren la versión original, pueden leerla aquí







16/02/2011

Sin título (VI)



Hay tres cosas que jamás he podido comprender: el flujo y reflujo de mareas, el mecanismo social y la lógica femenina. 


Jean Cocteau





01/02/2011

Sin título (V)



Formarse no es nada fácil, pero reformarse lo es menos aún.




Jean Cocteau





25/01/2011

Sin título (IV)



Nuestras convicciones más arraigadas, más indubitables, son las más sospechosas. Ellas constituyen nuestro límite, nuestros confines, nuestra prisión.





José Ortega y Gasset